El padre de Juan el Bautista recibe el anuncio del ángel

El padre de Juan el Bautista y el anuncio de la Luz


Zacarías, el padre de Juan el Bautista, abre y cierra el capítulo primero del Evangelio de Lucas. No conocemos mucho sobre él y algunas personas creen que lo poco que nos ha llegado se basa en un relato inverosímil. Pero, a pesar de las dudas, su presencia en el evangelio tiene un alto valor teológico. Al terminar la Visitación, Zacarías hace uno de los anuncios más importantes del cristianismo: la llegada de la Luz de lo alto.

En este artículo, te invitamos a conocer las ideas que circulan alrededor del padre de Juan el Bautista, lo poco que podemos suponer sobre su vida y el rol que juega en la visita de María a su pariente Isabel.

Dudas sobre la verosimilitud del relato de Lucas

En los estudios académicos de la Biblia, muchas veces se debate alrededor de la verosimilitud de los acontecimientos narrados en el primer capítulo del Evangelio de Lucas. Incluso se ha llegado a plantear que el manuscrito original de este evangelio comenzaba en el capítulo 3 y que los primeros pasajes fueron añadidos con posterioridad.

Sin entrar en discusiones interminables sobre el análisis del estilo de escritura y los argumentos que presentan los distintos académicos, señalaremos a continuación los problemas que se evocan usualmente para poner en duda los sucesos narrados sobre Zacarías y el episodio de La Visitación. A lo largo de este artículo, daremos nuestros motivos para plantear que la historia contada por Lucas no es inverosímil.

¿Por qué únicamente Lucas habla de Zacarías y La Visitación?

La ausencia de pasajes correspondientes al capítulo 1 del Evangelio de Lucas en los otros evangelios ha llamado la atención de algunos estudiosos de la Biblia. Solamente Lucas narra una historia acerca del padre de Juan el Bautista e incluye la escena de La Visitación de María a la madre del profeta. Los otros evangelistas, aunque destacan la prédica de Juan, no hacen referencia al tiempo de su nacimiento.

Es posible que Lucas haya accedido a información que era desconocida para los discípulos de Jesús. También es posible que ningún otro evangelista haya considerado de importancia dejar un registro sobre la familia de Juan el Bautista o contar un hecho como la visita de la madre del Mesías a una pariente. Sobre este asunto, solamente pueden realizarse especulaciones.

Muchos se preguntan de dónde tomó Lucas la información que presenta. Él mismo brinda una posible respuesta al inicio del evangelio.

Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, he decidido yo también, después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.

Lc 1: 1-4

Es posible que Lucas haya accedido a nueva información que no había sido contemplada en los demás evangelios, ya que aclara que realizó una investigación diligente.

Verosimilitud de la Visitación

Un motivo para sostener que Lucas no narra acontecimientos reales al inicio de su evangelio es la poca verosimilitud que tendría el relato de la Visitación. Como fundamento se invocan las siguientes cuestiones.

La distancia entre Nazaret y Ein Karem supera los 100 km

Si bien el Evangelio de Lucas refiere únicamente que María viajó a una localidad en las montañas de Judea, la tradición cristiana identificó en los inicios a Ein Karem como escenario de la visitación. Ein Karem es una población que hoy forma parte del distrito de Jerusalén. En los tiempos de Jesús, tenía el tamaño de una aldea y allí habrían vivido el padre de Juan el Bautista y su esposa Isabel.

Para llegar desde Nazaret hasta Ein Karem era necesario recorrer entre 100 y 150 kilómetros, según el camino que se tomara. Algunos historiadores sostienen que María no podría haber recorrido esta distancia solamente para hacer una visita a su pariente. Además, agregan que esto evidenciaría una falta de conocimiento de la geografía de la tierra de Israel por parte de Lucas.

Sobre este punto hay que señalar que la distancia desde Nazaret a Ein Karem es prácticamente la misma distancia que hay hasta Jerusalén. La gente de Galilea estaba acostumbrada a recorrer esta distancia cada vez que iba a Jerusalén para las celebraciones del judaísmo. Afirmar que María no podría haber hecho el recorrido debido a su extensión no es correcto. Una cuestión diferente es preguntarse si podría haberlo realizado sola.

El camino a Ein Karem estaba lleno de asaltantes

El recorrido más corto hacia Ein Karem atravesaba la región de Samaria. Entre los samaritanos y los judíos había una antigua enemistad y eran frecuentes los ataques. Los asaltantes solían esconderse en los caminos esperando alguna víctima solitaria a la que robar.

Si María hubiera recorrido este camino sola, se habría encontrado expuesta a un gran peligro. Además, estando ya desposada con José, este viaje no habría sido bien visto por las personas de su época. Para algunos historiadores, esto pone en duda la veracidad de la Visitación.

Con respecto a esta cuestión, hay que señalar que existía una vía alternativa para llegar a la zona de Jerusalén. Aunque su recorrido era más extenso, tomar el camino del valle del Jordán ofrecía mayor seguridad. Sin embargo, aún así continuaría siendo un viaje peligroso para una joven sola. En general, los viajes se hacían en caravanas donde la gente podía darse apoyo mutuo para tener un recorrido ameno. Es posible que María se haya sumado a una de estas caravanas para visitar a su pariente.

Isabel y María podrían no haber sido parientes

Una interpretación sostiene que Isabel y María podrían no haber sido parientes. Esta postura se fundamenta en que, de haber sido ellas parientes, sus respectivos hijos se conocerían. Sin embargo, en el Evangelio de Juan se estaría afirmando que Juan el Bautista no conocía a Jesús.

En Juan 1: 29-33 se cuenta cómo el Bautista afirma que Jesús es el cordero de Dios, porque así le había sido revelado por el Espíritu Santo. Aquí dice dos veces «Yo no le conocía». Estas palabras tienen dos posibles explicaciones. La primera es que Juan se esté refiriendo a que él no conocía quién habría de ser el Mesías, a pesar de estar incluido en su propia familia. La segunda es que efectivamente no se hayan conocido antes, tal como sucede en varias familias en las que los hijos de parientes lejanos nunca llegan a conocerse.

Ambas interpretaciones dan lugar a nuevos problemas, pero en sí mismas son insuficientes para negar el parentesco entre María e Isabel.

Referencias al Antiguo Testamento

Otro de los motivos que han llevado a sostener que el capítulo 1 del Evangelio de Lucas no trata sobre acontecimientos reales es que contiene excesivas referencias a las profecías mesiánicas del pueblo de Israel. Podemos distinguir distintos momentos proféticos en el desarrollo del capítulo:

  • El ángel del Señor anuncia a Zacarías que su mujer Isabel, al igual que la mujer de Abraham, concebirá un hijo a pesar de su avanzada edad. Este hijo será el Elías esperado antes de la llegada del Mesías, el profeta que preparará sus caminos. Esta revelación termina con la mudez de Zacarías.
  • El ángel Gabriel se presenta a María de Nazareth y le revela que dará a luz al Mesías esperado por Israel, Hijo del Altísimo y heredero de David. La Anunciación del ángel termina con la aceptación incondicional de la voluntad de Dios por parte de María.
  • En la visitación de María a Isabel, pariente suya, encontramos una referencia al Arca de la Alianza. El acontecimiento da lugar al canto profético de María, el Magnificat, lleno de referencias al Antiguo Testamento.
  • Zacarías recupera la voz durante la circuncisión de Juan y canta agradeciendo al Dios de Israel el cumplimiento de la promesa del Mesías. En el mismo canto, anuncia que su propio hijo será el profeta que preparará la venida de la Luz de lo alto. El Mesías llega para guiar a los que habitan en tinieblas y conducirlos por el camino de la paz.

La presencia de estos elementos proféticos se relaciona con el objetivo teológico de los evangelios. Trataremos esta cuestión a continuación.

Propósito teológico de los evangelios

Es importante tener en cuenta que los evangelios fueron escritos para transmitir las enseñanzas de Jesús y la realización del plan de Salvación de Dios en la historia del hombre. Los textos no tienen una intencionalidad histórica primaria, sino que los acontecimientos históricos se incluyen en función de su valor teológico.

La preeminencia de la teología en la presentación de la realidad histórica no significa que los acontecimientos no hayan existido, sino que en ellos los evangelistas leyeron la manifestación de la voluntad divina. Por este motivo, no debería extrañarnos encontrar referencias a los profetas del Antiguo Testamento en los acontecimientos narrados.

En la escena de la Visitación, el propósito teológico queda especialmente de manifiesto. El objetivo de este relato es presentar a María de Nazaret como el arca de la Nueva Alianza que lleva en su seno al Hijo de Dios. Para la Iglesia Católica, el paralelismo con el capítulo 6 del Segundo Libro de Samuel confirma esta interpretación.

La Madre del Salvador, pariente de su esposa Isabel, honra al matrimonio con su visita y les trae numerosas bendiciones. El contexto profético en que transcurre la Visitación nos habla de tres temas centrales: Juan el Bautista como el Elías que preparará los caminos del Señor, Jesús como el Salvador esperado por el pueblo de Israel y la Luz del mundo y María como la Nueva Arca de la Alianza. Lucas introduce a Zacarías en el inicio y el final de este episodio de gran significado teológico.

El padre de Juan el Bautista

Aunque no hay métodos fehacientes para probar la historicidad del relato, ya que no conocemos los testigos oculares y las fuentes informativas en que se habría basado, asumiremos que existe, como mínimo, un núcleo fáctico en la narración. El evangelista deja algunos datos que permiten hacernos una idea sobre estas personas.

Zacarías, sacerdote de la clase de Abías

A pesar de que el inicio del Evangelio de Lucas contiene pocos datos sobre el padre de Juan el Bautista, es posible hacernos una idea acerca de él en base a lo que se conoce sobre la vida de los sacerdotes y el sistema de turnos sacerdotales del Segundo Templo.

Posición sacerdotal del padre de Juan el Bautista

El clero del tiempo del Segundo Templo judío estaba altamente jerarquizado. Tempranamente en la historia de Israel, el sacerdocio había sido encomendado a la tribu de Leví. Luego del éxodo y del sacerdocio de Aarón, considerado el primer Sumo Sacerdote de Israel, el ejercicio del sacerdocio recayó sobre sus descendientes, un sector diferenciado entre los hijos de Leví.

Joachim Jeremias, en su libro Jerusalén en tiempos de Jesús, hace una extensa descripción sobre la organización sacerdotal. A rasgos generales:

  • Los Sumos Sacerdotes tenían la primacía entre todos los sacerdotes del judaísmo. Le seguían en importancia los sacerdotes jefes que eran nombrados entre sus allegados para conducir tareas importantes de culto, vigilancia y finanzas del Templo. Por lo general, todos ellos gozaban de prestigio social y de una posición económica holgada.
  • Debajo en la pirámide continuaba el resto de los sacerdotes, clasificados en 24 secciones con tareas semanales asignadas en el Templo que se cumplían entre 4 y 9 turnos diarios. Estas secciones abarcaban un número aproximado de 7200 sacerdotes.
  • Finalmente, en la base de la pirámide de jerarquía, se ubicaba el resto de los levitas. Estos solamente podían colaborar en tareas menores del Templo y no accedían al orden sacerdotal.

Zacarías prestaba servicio sacerdotal en una de las 24 secciones semanales, la de Abías.

Posición económica de la familia de Juan el Bautista

Las familias sacerdotales que vivían en Jerusalén parecen haber gozado de una buena situación económica. Este es el caso, por ejemplo, de la familia del historiador Flavio Josefo. Sin embargo, no era la situación mayoritaria del clero.

En tiempos de Jesús, sólo las personas muy observantes de la Ley cumplían con las prescripciones relativas al pago. El Estado ya ejercía una carga impositiva muy grande y una queja general era que el conjunto del pueblo no contribuía con todos los tributos exigidos para el culto y los sacerdotes.

Se ha podido constatar que los sacerdotes, cuando oficiaban en el Templo, recibían su parte por los sacrificios ofrecidos. Además, gozaban de los beneficios de las primicias de los productos agrícolas, así como un diezmo sobre el resto de la producción agrícola.

Los pagos recibidos habrían alcanzado para darle a los sacerdotes una posición de clase media en términos económicos. Sin embargo, la falta de cumplimiento provocaba un empobrecimiento progresivo de este sector de la sociedad. Es posible que la familia de Juan el Bautista haya pertenecido a una clase media cada vez más empobrecida.

El sistema de 24 turnos

La división en 24 secciones sacerdotales era muy antigua. El sistema había sido propuesto en tiempos del rey David, aunque quedó suspendido con el exilio a Babilonia y la destrucción del Primer Templo.

Luego de la construcción del Segundo Templo, se tienen registros de que las secciones fueron 21 o 22. Para fines del siglo I a. C., el antiguo sistema de 24 divisiones se encontraba nuevamente vigente.

Las 24 clases comprendían a todos los sacerdotes que vivían en Judea o Galilea. Cada sección contenía entre 4 y 9 familias de sacerdotes, que prestaban servicio mediante un sistema de turnos a lo largo de una semana completa. En promedio, cada semana prestaban servicio unos 300 sacerdotes asistidos por 400 levitas.

¿Cuándo fue el turno del padre de Juan el Bautista?

El relato de Lucas dice que a Zacarías le tocó en suerte ingresar en el Santuario del Señor para quemar el incienso mientras prestaba servicio dentro de su sección.

Cada una de las 24 secciones sacerdotales oficiaba durante una semana completa, de sábado a sábado. Es decir, que cada sección prestaba servicios durante 8 días.

Los padres de la Iglesia enseñaban que Zacarías había prestado sus servicios durante Yom Kippur. Por este motivo, su mujer habría quedado embarazada durante el mes de Tishrei. Esta creencia podría estar en el origen de la Navidad católica. Sin embargo, también se han propuesto otras fechas para el servicio de Zacarías.

La ausencia del padre de Juan el Bautista en la Visitación

Aunque en la Visitación Lucas no menciona la presencia de Zacarías, podemos deducir que estuvo presente durante la mayor parte de los tres meses en que María se alojó en su casa.

Según se cuenta en el evangelio, la Visitación ocurrió al sexto mes del embarazo de Isabel, apenas después de que María recibiera el anuncio del ángel. Habían pasado seis meses desde el regreso de Zacarías del Templo.

Es esperable que los diálogos entre María e Isabel hayan sucedido de una forma diferente a la narrada por Lucas, pero el evangelista podría estar reflejando el espíritu de las conversaciones mantenidas. También es esperable que Zacarías haya interactuado con la Madre del Salvador, pero el evangelio dice que en aquel momento había perdido su capacidad de hablar. Al finalizar el capítulo, se muestra que Zacarías está lleno del Espíritu Santo a causa de la visita que ha recibido. Su ausencia durante La Visitación sólo es aparente.

La fecha del encuentro entre María e Isabel podría haber coincidido con la temporada de Pascua, según la fecha de servicio de Zacarías en Yom Kippur o en su cercanía. De esta forma, el relato del viaje de María gana verosimilitud, ya que ella podría haber aprovechado alguna de las caravanas que se dirigían a Jerusalén para celebrar. En estas caravanas, recorrer grandes distancias no era difícil y no existía el peligro de asaltantes en el camino.

Al pasar los tres meses, en la fecha de nacimiento de Juan el Bautista, María regresó a su hogar. Según la interpretación del servicio en Yom Kippur, Isabel dio a luz a mediados de Tammuz (junio-julio). Jesús habría nacido seis meses después, tal vez durante la celebración de Hanukkah.

Hanukkah y la alabanza del padre de Juan el Bautista

Tal como mencionamos, Zacarías está ausente del relato de la Visitación, pero el final del capítulo habla de su alegría por la visita de María. Al recuperar la voz, el día de la circuncisión de Juan, estalló en alabanzas al Dios de Israel.

«Bendito el Señor Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
y nos ha suscitado una fuerza salvadora
en la casa de David, su siervo…»

Lc 1: 67-69

El padre de Juan el Bautista reconoce en sus palabras la enorme bendición que ha significado la visita de María, porque en ella vio el cumplimiento de las profecías mesiánicas que se esperaban desde la casa de David.

El padre de Juan el Bautista anuncia la Salvación

La festividad de Hanukkah o de la Dedicación nació para conmemorar la independencia del pueblo de Israel del Imperio seléucida a partir de la rebelión de los Macabeos. Antíoco IV, con el objetivo de avanzar en la helenización del mundo judío, había profanado el Segundo Templo de Jerusalén al instalar en su interior una estatua de Zeus. Luego de la liberación de los macabeos, el templo fue dedicado nuevamente a Yahvé. Desde entonces, la festividad conmemorativa quedó asociada a la esperanza del futuro Mesías liberador de Israel.

Si Jesús nació durante la temporada de Hanukkah, es posible relacionar las palabras de Zacarías con esta celebración. El Mesías y Salvador prometido desde antiguo sería finalmente enviado por Yahvé.

«…como había prometido desde antiguo
por boca de sus santos profetas,
que nos salvaría de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian,
teniendo misericordia con nuestros padres
y recordando su santa alianza,
el juramento que hizo
a Abrahán nuestro padre,
de concedernos que, libres de manos enemigas,
podamos servirle sin temor,
en santidad y justicia,
en su presencia todos nuestros días.

Lc 1: 70-75

El padre de Juan el Bautista anuncia la Luz

La alabanza de Zacarías, luego de haber celebrado la venida del Mesías y Salvador, continúa en un sentido profético anunciando el rol que ocupará su hijo Juan en el anuncio de la Luz que habría de venir.

«…Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo,
pues irás delante del Señor
para preparar sus caminos
y hacer que su pueblo conozca la salvación
mediante el perdón de sus pecados,
por las entrañas de misericordia de nuestro Dios,
que harán que nos visite una Luz de lo alto,
a fin de iluminar a los que habitan
en tinieblas y sombras de muerte,
y de guiar nuestros pasos por el camino de la paz».

Lc 1: 76-79

La tradición judía cuenta que, al restaurar el servicio del Templo, debieron antes purificarlo a causa de su profanación y volver a dedicarlo al Señor. Durante el proceso de la nueva dedicación, ocurrió un milagro que se encuentra en el origen de la festividad de Hanukkah y que se convirtió en su eje central luego de que Israel abandonara sus esperanzas en la venida de un Mesías militar.

El aceite para mantener encendida la menorah o candelabro del Templo era muy escaso. A pesar de la escasez, decidieron encenderla mientras conseguían aceite nuevo. La historia cuenta que tardaron ocho días en conseguir el nuevo aceite. Sin embargo, la menorah se mantuvo encendida durante todo ese tiempo con la cantidad de aceite para un día. Por este motivo, la celebración es llamada también fiesta de las luces. La luz de la menorah tiene un simbolismo muy importante, ya que representa la iluminación universal del conocimiento a partir de la palabra de Dios.

En las palabras proféticas de Zacarías, la Luz se refiere al que ya antes fue mencionado como Mesías y Salvador de Israel, el visitante de lo alto que llegaría para alumbrar a los que viven en las tinieblas y guiarlos hacia la paz. Juan el Bautista tendría el deber y el honor de allanar sus caminos y preparar a Israel para recibir la menorah eterna y definitiva, la Luz de Dios en el medio del pueblo.

Jesús, Luz del mundo

Una vez, al celebrarse la fiesta de la Dedicación, Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón, cuando fue rodeado por unos judíos. Estos le preguntaron «¿Hasta cuándo vas a tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente» (Jn 10: 24). En el marco de la festividad, lo que quieren saber estos judíos es si Jesús es el Mesías militar que habría de liberarlos de la dominación romana de la misma forma en que los Macabeos los liberaron de la dominación de los seléucidas.

La respuesta de Jesús es clara: Él obra en nombre de su Padre y las obras que hace dan testimonio de Él. Otras veces se refirió a sí mismo como Luz del mundo, como en Juan 9: 5 y Juan 9: 39.

En Juan 8: 12 encontramos que Jesús se atribuye a sí mismo unas palabras similares a aquellas pronunciadas por Zacarías.

«Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga
no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida».

Jn 8: 12

También, en la introducción del Evangelio de Juan, hay un pasaje con el mismo sentido que habla de Jesús como la luz verdadera que existe desde el principio del mundo.

Hubo un hombre, enviado por Dios:
se llamaba Juan.
Éste vino para un testimonio,
para dar testimonio de la luz,
para que todos creyeran por él.
No era él la luz,
sino quien debía dar testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera
que ilumina a todo hombre,
cuando vienen a este mundo.
En el mundo estaba,
y el mundo fue hecho por ella,
pero el mundo no la conoció.
Vino a los suyos,
mas los suyos no la recibieron.

Jn 1: 6-11

Palabras finales

La narración sobre el padre de Juan el Bautista, su encuentro con el ángel, la mudez y recuperación de su voz, así como su participación durante los tres meses de la visitación y las palabras proféticas que pronunció en la circuncisión de Juan son elementos de una narración teológica. Estos elementos están entrelazados para transmitir verdades esenciales de la teología cristiana. Por este motivo, los acontecimientos reales que dieron origen al capítulo 1 del Evangelio de Lucas son inseparables de la enseñanza que intentan transmitir.

En este artículo, hemos mostrado que la visitación no es un acontecimiento inverosímil y que la información aportada por Lucas sobre la posición sacerdotal de Zacarías se corresponde con datos reales de la organización del clero judío.

Pero lo más importante de estos pasajes es el profundo sentido teológico que encierran, en sintonía con el cumplimiento de las promesas hechas por Dios a Israel y con la Nueva Alianza que comienza a revelarse a partir de la Anunciación.

2 comentarios en “El padre de Juan el Bautista y el anuncio de la Luz”

  1. Gracias, es Zacarias, el mismo que muestra el Wikipedia

    Nacimiento: Siglo VI a. C.juliano Ver y modificar los datos en Wikidata
    Fallecimiento: c. 450 a. C. Ver y modificar los datos en Wikidata
    Religión: Judaísmo Ver y modificar los datos en Wikidata
    Ocupación: Profeta Ver y modificar los datos en Wikidata

    Mi comentario es que no puedo relacionarlo con el padre de Juan el Bautista, ya solo por la fecha de su existencia.
    Quizas puedan aclarar esta duda.
    Gracias

    1. ¡Hola Jorge! Gracias por tu comentario.
      El Zacarías que citas de la Wikipedia es el profeta Zacarías, el autor del libro de Zacarías del Antiguo Testamento. El padre de Juan el Bautista se llamó también Zacarías y es nombrado en el capítulo 1 del evangelio de Lucas. Este otro Zacarías era sacerdote de la sección de Abías (el octavo turno de servicio en el Templo) y estaba casado con Isabel, la pariente de María de Nazaret (Lc 1:5).
      Según una tradición antigua, Jesús se refirió al padre de Juan el Bautista cuando acusó a los líderes de su tiempo de haber asesinado a Zacarías, hijo de Baraquías, entre el templo y el altar (Mt 23:35; Lc 11:51). Eso creía, al menos, el autor del Protoevangelio de Santiago. Los estudiosos actuales no están de acuerdo sobre esta interpretación. Algunos la consideran probable, pero otros piensan que el Zacarías al que se refirió Jesús es un tercer Zacarías, que podría ser el mismo mencionado en 2 Crónicas 24:20.
      Esperamos haber aclarado tus dudas.
      ¡Saludos!

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