Mosaico de la genealogía de Jesús. Chora Church, Estambul

La explicación de la genealogía de Jesús


Tanto la genealogía de Jesús presentada por el evangelio de Mateo como la de Lucas lo ubican como descendiente de la casa de David. Los evangelistas, que creyeron en Jesús como el Mesías esperado por el pueblo de Israel, consideraron importante dejar una constancia de su ascendencia en sus escritos.

Sin embargo, las líneas presentadas han dado lugar a muchas incógnitas y controversias, ya que difieren notablemente en cuanto a los antepasados. La explicación de la genealogía de Jesús se ha convertido en un puzzle difícil de resolver. Te invitamos a conocer algunas teorías sobre estos pasajes de los evangelios.

Las genealogías en la cultura judía

“Rabí Simlai le dijo: Enséñame el Libro de las Genealogías en tres meses. El rabino Yoḥanan tomó un terrón de tierra, se lo arrojó y le dijo: Berurya, esposa del rabino Meir e hija del rabino Ḥananya ben Teradyon, era tan aguda y tenía tan buena memoria que aprendió trescientas halajot en un día, de trescientos sabios, y sin embargo, no cumplió con su responsabilidad de aprender adecuadamente el Libro de las Genealogías en tres años porque es especialmente largo y difícil. ¿Y dices que debería enseñártelo en tres meses?”

Pes. 62b

En tiempos de Jesús, se consideraba pueblo verdadero de Israel al constituido por los israelitas de origen puro. Por este motivo, muchos israelitas conocían perfectamente su ascendencia y eran capaces de decir con certeza de qué tribu provenían. Las familias guardaban de manera privada los registros de su ascendencia. Además, en el templo de Jerusalén, se cree que existían rollos con los registros pertenecientes a sacerdotes, levitas, israelitas y prosélitos. 

Para un israelita, probar que los propios orígenes eran legítimos era fundamental para acceder a derechos cívicos de importancia. El acceso a los puestos más altos de la sociedad dependía de ello. Casarse con un miembro de la casa sacerdotal requería que las mujeres justificaran la pureza de su linaje. Evitar el fraude con respecto a los ascendientes era una preocupación central en la Palestina del siglo I. Si bien hay registros de algunas genealogías dudosas, era prácticamente imposible mentir acerca de los propios orígenes. 

En general, muchos habitantes estaban orgullosos y hacían alarde de las casas a las que pertenecían, una actitud que podría resultar molesta, como deja ver San Pablo en la carta a Timoteo cuando escribe “te rogué que permanecieras en Éfeso para que mandaras a algunos que no enseñasen doctrinas extrañas, ni dedicasen su atención a fábulas y genealogías interminables, que se prestan más para promover disputas que para realizar el plan de Dios, fundado en la fe” (1 Tim 1: 3-4). Es probable que hayan existido numerosas disputas en relación a las genealogías y la pureza israelita.

Había un motivo mayor por el cual el pueblo de Israel era meticuloso con las genealogías. Sólo los israelitas puros podrían asegurarse, por su origen, de participar en la salvación mesiánica que provendría de la tribu de Judá, específicamente, de la casa de David. En la Palestina del siglo I, las familias de la casa de David eran numerosas. Eventualmente, cualquiera de ellas podría haber reclamado el trono.

La promesa del Mesías

Cuando David se consolidó como rey de Israel, alrededor del año 1000 a. C., dijo un día al profeta Natán que debería construir una casa para el arca de Dios, ubicada hasta ese momento en una tienda de lona. El profeta, luego de haber recibido esa noche la palabra de Dios, respondió a David que sería Yahvé quien levantara una casa para él, una dinastía.

El monarca entendió que las palabras del oráculo se referían a su hijo Salomón, rey justo y sabio bajo el cual el pueblo de Israel vivió un periodo de paz y prosperidad. Al reunir un día a los jefes más importantes del pueblo, David habló sobre la profecía de Natán.

“Sin embargo, Yahvé, Dios de Israel, me ha elegido de entre toda la casa de mi padre, para que fuese rey de Israel para siempre. Escogió a la tribu de Judá para ser caudillo; de las familias de Judá a la casa de mi padre, y de entre los hijos de mi padre se ha complacido en mí para establecer un rey sobre todo Israel. Y entre todos mis hijos -pues Yahvé me ha dado muchos hijos- eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino de Yahvé sobre Israel. Él me dijo: ‘Tu hijo Salomón edificará mi Casa y mis atrios, porque le he escogido a él por hijo mío, y yo seré para él un padre. Haré estable su reino para siempre, si se mantiene firme en el cumplimiento de mis mandamientos y de mis normas como lo hace hoy”.

1 Cro 28: 4-7

Salomón fue elegido para edificar la Casa de Dios, es decir, el Primer Templo de Jerusalén. David pensó que, por medio de su hijo, su casa reinaría sobre Israel para siempre. Sin embargo, la cuestión de la eternidad podía esconder un anuncio de una intervención futura de Yahvé.

David, que también era profeta, recibió varias revelaciones de Dios y escribió algunos salmos relacionados con ellas. En el Salmo 110, hizo una posible referencia a la promesa de Yahvé escuchada de la boca de Natán, aunque en otros términos. Habló de un rey y sacerdote eterno al cual llamó«mi Señor». La tradición ha visto en sus palabras una alusión al Mesías de Israel, que saldría de la casa de David.

La genealogía de Jesús

Existen dos genealogías de Jesús, la presentada por Mateo (Mt 1: 1-17) y la de Lucas (Lc 3: 23-38). En ambas se muestra que Jesús desciende de Abraham por la tribu de Judá a partir de la casa de David y se busca mostrar que Jesús es el Mesías esperado.

Los dos evangelistas presentan la sucesión genealógica del rey David, que coincide con aquella que figura en el Libro Primero de las Crónicas.

Tabla de la sucesión genealógica del rey David

En el registro de Lucas, podemos observar el agregado de una generación con el nombre Admín, aunque no se encuentra en todas las versiones del evangelio. Es posible que se tratara de un error del copista, ya que Admín podría haber sido originalmente una abreviación de Aminadab. 

El registro de Mateo comienza en Abraham, pero la lista de Lucas se retrotrae hasta Adán y ubica a Dios en el inicio. Esta es la única vez que aparece Dios en una genealogía de la Biblia. Tal como se muestra en la siguiente imagen, la lista es paralela a la que figura en el Libro Primero de las Crónicas, excepto por la inclusión del nombre Cainán. Tal vez la adición de Cainán responde a la existencia de otro registro genealógico o a un error de copia.

Tabla genealógica desde el origen hasta Abraham en la genealogía de Jesús

La mayor diferencia de las genealogías aparece en la descendencia y en la cantidad de generaciones desde el rey David hasta Jesús. 

Tabla de la genealogía de Jesús

En una primera aproximación, ambas genealogías parecen ser de parte de José, esposo de María, ya que las genealogías se construían a partir de la paternidad, incluso si eran genealogías de mujeres. Mateo haría descender a José a partir de Salomón y Lucas a partir de Natán, otro de los hijos del rey David. Estas diferencias entre los evangelistas han sido fuentes de numerosas discusiones y el análisis detallado de cada línea genealógica da lugar a muchos interrogantes.

Problemas originados por la comparación de las genealogías de Jesús

Los académicos han destacado que la comparación de las dos genealogías hace evidente algunas contradicciones. A continuación, las exponemos junto con los problemas derivados de cada genealogía de Jesús y algunas de las soluciones que se han propuesto.

  • Cantidad de generaciones: Mateo cuenta 14 generaciones desde David hasta Jeconías y luego lista otras 13. Según la genealogía presentada por Mateo, habría un total de 27 generaciones desde David a Jesús. Para Lucas, en cambio, el total registrado es de 42 generaciones.
    Esto, en realidad, es sólo una contradicción aparente, ya que las genealogías israelitas no tenían que detallar obligatoriamente a cada miembro de la ascendencia. Era admisible aplicar algún criterio para acortar la extensión de las mismas, como omitir a personas que habían ofendido a Yahvé o avanzar en la ascendencia a partir de los miembros más conocidos. Por ejemplo. el Mesías era llamado “hijo de David”, a pesar de que se esperaba que naciera muchas generaciones después que el rey.
    Con distintos criterios de construcción, las genealogías de los israelitas podían ser tanto breves como interminables. La cantidad de generaciones contadas por Lucas parecen más adecuadas para cubrir un periodo de aproximadamente 600 años.
  • Línea de ascendencia hasta David: Mateo hace descender a Jesús del rey Salomón, mientras que Lucas lo presenta como descendiente de Natán, otro de los hijos de David. 
    Este punto ha sido especialmente problemático y se han propuesto distintas hipótesis. Algunas acuden a la ley del levirato, por la cual la mujer viuda sin hijos debía casarse con su cuñado para tener un hijo con él y perpetuar así la descendencia de su difunto marido. Otras plantean que existen confusiones en los registros que toman los evangelistas para construir la ascendencia de Jesús. También se sostiene que ambas genealogías pertenecen a José y María, respectivamente.

    Tabla Salomón - Natán
  • Padres distintos para Salatiel: Salatiel y su hijo Zorobabel están presentes en las dos genealogías. Sin embargo, en la de Mateo se dice que su padre es Jeconías y, en la de Lucas, que su padre es Nerí.
    Este punto no se resuelve por la omisión de generaciones, ya que toda la línea de ascendencia hasta el rey David es diferente en ambas genealogías.
    Se ha propuesto que la repetición de nombres es solamente fruto de la casualidad y que los Salatiel y Zorobabel mencionados no son los mismos en los dos casos. También se ha propuesto que uno de los dos evangelistas pudo haber tomado una línea equivocada para trazar la descendencia desde David a Salatiel. Algunos han sugerido una aplicación de la ley del levirato.

    Tabla de distintos padres para Salatiel
  • Hijos distintos para Zorobabel: En el evangelio de Mateo, Jesús desciende de un hijo de Zorobabel llamado Abiud. En el evangelio de Lucas, desciende de un hijo llamado Resá. En el Libro Primero de las Crónicas, Zorobabel no tiene ningún hijo con esos nombres.

    Tabla distintos hijos de Zorobabel

    Como la genealogía trazada por Mateo es abreviada, el Abiud al que hace referencia podría ser cualquier descendiente de Zorobabel, no necesariamente un hijo. Si bien para la genealogía de Lucas podría aplicarse lo mismo, es más probable que este último evangelista esté considerando una línea completa. En el caso de que la presencia de los nombres Salatiel y Zorobabel no sea una mera casualidad, habría que explicar por qué aparece Resá como descendiente. 
    En 1853, A. Hervey señaló que resa es una palabra que en arameo significa jefe o príncipe y era uno de los atributos aplicables a Zorobabel. Su hijo Joanán o Jananías, era llamado “hijo de Zorobabel, el príncipe”. La explicación probable es que, por un error de copia, el atributo resa haya adquirido la forma de un nombre propio y quedado como un descendiente en la lista. La genealogía de Lucas estaría indicando que Jesús desciende de Zorobabel a través de su hijo Joanás.
    En cuanto a Yodá, el Libro Primero de las Crónicas no lo nombra como hijo de Joanás. El único hijo que figura en el registro es Pelatías, con todos sus descendientes hasta Secanías. Esto no significa necesariamente que Joanás haya tenido un único hijo. El libro omite indicar si Pelatías tuvo hermanos. De modo que Yodá podría haber sido tanto hijo de Joanás como descendiente en otro grado.
  • Distintos padres de José: En el evangelio de Mateo se escribe que José, esposo de María, es descendiente de Jacob, mientras que en el evangelio de Lucas se escribe que José es descendiente de Elí. 
    Se han buscado distintas soluciones para este problema. Algunas sostienen que los padres son distintos a causa de la ley del levirato y otras que hubo una confusión en el registro de los nombres. Como mencionamos más arriba, también existe una posición que sostiene que una de las genealogías pertenece a la familia de José y la otra a la familia de María.

    Tabla - Distintos padres de José

En cuanto a los problemas derivados de la construcción de cada genealogía de Jesús, ya hemos destacado que la posibilidad de omitir nombres y de realizar construcciones abreviadas genera una dificultad extra al momento de estudiarlas. Existen, además, otros problemas menores destacados por algunos investigadores al estudiar en detalle cada registro.

Problemas derivados de la genealogía de Mateo:

  • Ausencia de generaciones. Ya hemos señalado que la ausencia de generaciones puede deberse a distintos motivos y no es un indicador confiable de la falsedad de una genealogía. En el caso concreto de Mateo, se ha destacado que ha omitido a Joaquín como padre de Jeconías y a Joás, Amasías y Azarías entre Ozías y Jotán. Mateo podría haber tenido más de un motivo para hacer estas omisiones. Generalmente, se entiende que la supresión de Joaquín se trató de un error y la supresión de Joás, Amasías y Azarías fue por haberlos considerado pecadores.
  • Construcción basada en un esquema de dos veces siete. El evangelista escribe: «Así que el total de las generaciones desde Abrahán hasta David es de catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, otras catorce; desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, otras catorce” (Mt 1:17). Aquí Mateo hace explícita la estructura de la lista que ha registrado. Posiblemente haya buscado ordenarla a partir de ciclos históricos perfectos para transmitir una idea del cumplimiento perfecto de los tiempos de Dios. O, tal vez, el resultado obtenido se deba a algún otro criterio desconocido en la actualidad. Es imposible determinar con exactitud por qué el evangelista decide presentar la línea genealógica real a partir de ciclos de 14. Algunos han querido ver en esta forma de construcción genealógica un motivo para negar su veracidad, aunque no puede considerarse suficiente.
  • La maldición de Jeconías. El profeta Jeremías pronunció una maldición contra Jeconías, penúltimo rey de Israel antes del exilio babilónico. En esta maldición se anuncia que su descendencia nunca tendrá la suerte de sentarse en el trono de David (Jr 22: 28-30). A pesar de esto, Dios daría a la casa de David un Germen justo destinado a reinar (Jr 23 :1-6). Para algunos pensadores, el Mesías jamás podría ser un sucesor al trono por parte de la descendencia legal de Jeconías presentada por Mateo.
    Si Mateo está presentando la línea de ascendencia legal de Jesús, la maldición sobre Jeconías debería haber quedado, de alguna forma, sin efecto. Una posible solución es que la maldición se refiera al trono terreno de David y no al eterno preparado por Dios para el Mesías. Otra posibilidad es que al ser José padre adoptivo de Jesús, la maldición no impediría considerar a este último como el Mesías. También es posible que la maldición haya sido levantada por Dios. Trataremos este tema más adelante.

Problemas derivados de la genealogía de Lucas:

  • Construcción basada en un esquema numérico de perfección: Se ha querido ver en Lucas una intencionalidad de manipular los nombres para hacerlos encajar en grupos significativos de 7, con el fin de alcanzar una lista total de 77 nombres y así transmitir una idea de perfección. Esta interpretación es muy poco probable, ya que si tenemos en cuenta que las adiciones de Admín y Resá se deben a errores de copia, los grupos de 7 dejan de tener sentido. Además, entre los manuscritos que han circulado, se conoce que hubo diferencias en la extensión de la lista. Algunos han contado con 76, otros con 73 y otros con 72 nombres. 
  • Descendencia de Natán poco probable: Los nombres de los descendientes de Natán hasta Salatiel registrados por Lucas incluyen nombres de las tribus principales de Israel que se usaron luego del exilio en Babilonia y no antes. Aunque es posible que esta práctica haya existido de manera no muy extendida en la sociedad pre-exílica. 

Explicaciones de la genealogía de Jesús

Las genealogías israelitas admitían omisión de nombres y a veces involucraban criterios diferentes de construcción. Mateo parece haberse guiado por un criterio de perfección. En el caso de la genealogía de Lucas, el criterio de perfección parece ser una lectura forzada. El principal problema que se presenta en el evangelio de Mateo es el de la maldición de Jeconías y la principal duda que puede despertar la genealogía de Lucas está relacionada con la veracidad de los nombres entre Natán y Salatiel. Si consideramos, además, las contradicciones entre ambas listas, una teoría explicativa debe dar respuesta a los siguientes puntos:

  • Solución de la maldición de Jeconías.
  • Verosimilitud de la línea genealógica.
  • Quién es el padre de Salatiel.
  • Determinación de los hijos de Zorobabel.
  • Quién es el padre de José.
Árbol de Jesé. Representación de la genealogía de Jesús.
Árbol de Jesé. Representación de la genealogía de Jesús. Iglesia Santa María del Castillo. Foto por José Luis Filpo Cabana – Own work, CC BY 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=44932624

Teniendo en cuenta estos puntos, hay distintas teorías que buscan dar una explicación de la genealogía de Jesús. 

Las genealogías de Jesús fueron reconstruidas sin apoyo empírico

Para esta teoría, los evangelistas se habrían visto en la necesidad de reconstruir el linaje davídico de Jesús para asociar su persona con el Mesías esperado por Israel. El evangelio de Mateo, destinado a lectores judíos, utilizaría la descendencia desde Salomón para destacar el linaje real de Cristo y el evangelio de Lucas, preocupado por despegar a Jesús de la idea de un Mesías militar, utilizaría una descendencia a través de Natán, hermano de Salomón. La intención de Mateo sería proclamar el derecho de Jesús a reclamar el trono terrenal de David, en tanto que la intención de Lucas sería proclamar que el trono eterno prometido a David no es de este mundo. La genealogía de Lucas reflejaría esta idea al iniciar con Dios, posiblemente para mostrar el origen divino del Mesías. 

Esto supone que, por algún motivo, los apóstoles no tenían acceso a los registros genealógicos de la familia de Jesús. Las listas habrían sido completadas a partir de información conocida por todos o de otras listas fragmentarias. Por este motivo, Mateo podría haber contado muchas menos generaciones de las que en realidad fueron y Lucas se habría visto obligado a rellenar la descendencia de Natán con nombres que eran conocidos para él, aunque inusuales en los tiempos pre-exílicos. 

La ausencia de registros genealógicos en el tiempo de los apóstoles tiene como único apoyo un relato del historiador Julio Africano. En su libro Jerusalén en tiempos de Jesús, Joachim Jeremías cita un fragmento de la carta a Arístides de este historiador, transmitida por Eusebio de Cesarea:

“Hasta entonces (la época de Herodes) se encontraban consignadas en los archivos (en primer lugar) las familias hebreas y (en segundo lugar) las familias de aquellos cuyo origen se remontaba a prosélitos, como Aquior el ammonita y Rut la moabita, o a mestizos salidos de Egipto al mismo tiempo (que los judíos). Herodes, que no tenía sangre israelita en las venas, movido por la conciencia de su origen oscuro, hizo quemar los documentos de estas familias; así, pensaba, aparecería de origen noble, pues nadie tendría la posibilidad de probar con documentos públicos si descendía de Patriarcas o (de prosélitos y) de aquellos a quienes se llama geiōrai (los mestizos)”.

A causa de la falta de registros, múltiples confusiones podrían haber ocurrido al intentar determinar el padre de José y los lugares de Salatiel y Zorobabel en la sucesión. La solución de Mateo sería la menos adecuada, no sólo por considerar una cantidad menor de generaciones, sino por la inclusión de Jeconías y el problema de la maldición.

Puntos débiles de esta teoría:

  • La destrucción de los rollos del Templo está documentada únicamente por Julio Africano y no aparece en los escritos de Flavio Josefo.  
  • No hay seguridad de que el Templo haya guardado la genealogía de todos los israelitas.
  • Para un israelita, llevar un registro de su pureza era extremadamente importante. Por esto, cada familia guardaba registros de sus ascendientes.
  • En el tiempo en que Pablo era ya apóstol, sabemos que los judíos se enredaban en discusiones sobre listas genealógicas interminables. Esto indica que muchos registros se conservaban.
  • Los apóstoles estaban seguros de que Jesús era descendiente de David. En Romanos 1: 3, San Pablo escribe “La promesa era relativa a su Hijo, Jesucristo Señor nuestro, descendiente de David según la carne”. Posiblemente, la lista genealógica de Jesús era conocida.

Una genealogía de Jesús es natural y la otra es legal

Esta teoría explica la diferencia entre las genealogías por su modo de construcción. Una de las genealogías sigue la descendencia según la carne y otra sigue la descendencia legal, modificada por distintas intervenciones de la ley del levirato. 

Según este planteo, Mateo presenta una genealogía de Jesús abreviada a partir de engendramientos naturales hasta llegar a José, el esposo de María, de la que nació Jesús. Con esta línea de ascendientes naturales, Mateo muestra que José proviene de una familia de sangre real, la del rey David. Al ser José el único padre reconocido de Jesús, este último puede ser considerado heredero del trono.

El linaje real presentado por Mateo no soluciona por sí mismo el problema de la maldición de Jeconías, sino que asume que ésta podría haber sido levantada por Dios en cualquier momento de la historia. También cabe interpretar la promesa del Germen justo como el punto final de la maldición. En este sentido, ningún descendiente, hasta el Germen justo, se sentaría jamás en el trono de David. Pero al llegar, éste reclamaría el trono eterno.

Con respecto al evangelio de Lucas, la genealogía de Jesús sería de naturaleza legal e incluiría los múltiples virajes producidos por la aplicación de la ley del levirato. 

Cada levirato se comenzaría a contar hacia atrás, desde José, del que se indica que es hijo de Elí. Si Jacob fue padre según la carne de José, esto significaría que éste último fue registrado como hijo de Elí según la ley del levirato. A causa de un temprano fallecimiento de Elí y el posterior matrimonio entre su viuda y Jacob, la línea genealógica de Jesús y de José debería cambiarse para convertirlos en descendientes de Elí. Ser hijos de Elí los convierte también en descendientes de Zorobabel a partir de la línea de Joanán.

Tabla - Levirato de José

Otro levirato se habría aplicado con Salatiel. Salatiel es hijo de Jeconías en el exilio, pero según la versión de Lucas sólo lo sería según la carne. En realidad, legalmente correspondería decir que Salatiel era hijo de Nerí, posible difunto marido de su madre. Por este motivo, la descendencia de José y de Jesús cambiaría una vez más para derivarse de Natán, otro de los hijos de Salomón.

Tabla - Levirato en Salatiel

Las genealogías eran construidas a partir del criterio legal, por lo que el registro de una línea según la carne resulta extraño. Sin embargo, era posible reconstruir una ascendencia biológica si se conocía cada intervención de la ley del levirato, sobre todo en casos de personas importantes. Zorobabel, nieto de Jeconías, fue un gran líder de los israelitas y la historia del levirato en la genealogía de su padre puede haber sido ampliamente conocida por el pueblo. Las personas allegadas a Jesús podrían haber conocido el levirato aplicado sobre la paternidad de Jacob y Elí. Por este motivo, tanto la genealogía abreviada de Mateo como la genealogía más completa de Lucas son verosímiles.

Una ventaja de la genealogía de Jesús trazada por Lucas es que no requiere de la anulación de la maldición de Jeconías, ya que Jesús no sería descendiente legal de David por la línea de Salomón. Con respecto a los hijos de Zorobabel, ya se ha explicado la confusión originada en la palabra resa en la copia de los manuscritos originales.

Una genealogía de Jesús es por la línea de José y la otra por la de María

Otra teoría, de gran aceptación entre los fieles cristianos, es la que postula que la línea genealógica de Mateo se refiere a los ascendientes de José y la de Lucas se refiere a los ascendientes de María. 

Este planteo sostiene la construcción de un linaje natural por parte de Lucas, pero no considera que sea el de José. El evangelista, al decir que se creía que José era padre de Jesús, estaría indicando que sólo tiene lugar en su genealogía como esposo de María. En ese sentido, los ascendientes presentados son los de la familia de María. El motivo de elegir a los ascendientes de María es que los apóstoles conocen que Jesús es hijo de David según la carne y, además, que José es padre putativo.

Esta teoría tiene una ventaja indudable para solucionar el problema de la maldición de Jeconías. A través de su genealogía legal, Jesús arrastraría la maldición de no poder reclamar nunca el trono de David. Este impedimento desaparece si se tiene en cuenta que Jesús es descendiente de David también por linaje natural. Él es el Germen justo destinado a reinar en el trono eterno. 

Aunque ampliamente aceptada, esta interpretación presenta algunos inconvenientes. Por un lado, no explica las diferencias relacionadas con Sealtiel y los hijos de Zorobabel, por lo cual hay que introducir nuevamente la intervención de la ley de levirato. Por otro lado, incluye a Elí como ascendiente inmediato de María, aunque la tradición cristiana recogida en el Protoevangelio de Santiago dice que el nombre del padre de María es Joaquín. Este problema ha intentado solucionarse recurriendo a que Elí es un segundo nombre de Joaquín y también a una confusión en los registros. Aunque también podría aducirse que hay una omisión entre María y Elí, ya que estas omisiones eran normales por distintos motivos.

Otro inconveniente de esta teoría es que no era usual entre los judíos considerar el origen materno para justificar los ascendientes genealógicos. Habría que tomar como factor explicativo que los apóstoles, al encontrarse con que Jesús tenía origen humano solamente por María, hayan tenido que recurrir a una excepción. Después de todo, María podría haber guardado su propio registro genealógico. 

Existe una versión diferente de esta teoría que sostiene que Mateo es quien realiza la genealogía de María y Lucas, la de José. En esta versión, Mateo utiliza las series de 14 para brindar una clave interpretativa. Son 14 generaciones desde Abraham a David, 14 generaciones desde Salomón a Jeconías y 14 generaciones desde Salatiel a Jesús. Si la genealogía perteneciera a José, nos encontraríamos con que la última serie sólo posee 13 generaciones. El hecho de que el evangelista indique explícitamente que las generaciones de la tercera serie son 14 obliga a considerar que el José nombrado no es el esposo de María, sino el padre. María sería la generación 13 según la carne y Jesús la 14. Además, Lucas habría indicado en su evangelio, con la frase «José, de quien se creía que era padre de Jesús», que estaba trazando la genealogía legal.

Esta última explicación implicaría considerar la aplicación de la ley del levirato únicamente con respecto a Salatiel, ya que no haría falta suponerlo para José, el esposo de María. Además, tiene la ventaja de despegar la descendencia legal de Jesús de la maldición de Jeconías. Sin embargo, aún debería explicar la discrepancia entre los nombres del padre de María.

Hijo de David

Entre la gente comenzaba a correr el rumor de que Jesús era el Cristo que Israel había estado esperando durante siglos. Las dudas no se suscitaban en base a su origen davídico, sino a su lugar de nacimiento. Algunos sostenían que nadie sabría de dónde iba a provenir el Mesías, como deja ver el evangelio de Juan en 7:27. Otros pensaban que el Mesías habría de provenir de Belén, el pueblo de David, y encontraban difícil aceptar que la patria de Jesús fuera Galilea, como se indica en Juan 7:40-43.

Desacreditar la prédica de Jesús, incluso delante de sus apóstoles, habría sido tan sencillo como presentar su línea genealógica. No habría hecho falta discutir sobre el lugar de su nacimiento si no hubieran estado todos convencidos de su origen davídico. En Mateo 12:22-24, en ocasión de la curación de un ciego y mudo, todos se preguntan «¿No será éste el hijo de David?». Pero los fariseos comentaban: «Este no expulsa los demonios más que por Beelzebul, Príncipe de los demonios». Si Jesús no era descendiente de David, ¿por qué no exponer sencillamente su línea genealógica a las multitudes?

En distintos pasajes de los evangelios se deja ver que los contemporáneos de Jesús no tenían problemas en aceptar su descendencia de David.

Cuando Jesús se iba de allí, le siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!»Mt. 9:27
En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada».Mt. 15:22
Y la gente que iba delante y detrás de él gritaba: «¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!»Mt. 21:9
Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!». Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!».Mc. 10:47-48 y
Lc. 18:38-39

La explicación de Julio Africano

Vale la pena considerar con más detalle la explicación ofrecida por Julio Africano a principios del siglo III. Es poco lo que se conoce sobre este autor, pero se sabe que tenía un profundo conocimiento de la cultura judía del siglo I y que vivió en Palestina durante algún tiempo.

Africano tuvo oportunidad de investigar, consultando a genealogistas hebreos, el árbol genealógico de Jesús. Los resultados de su investigación fueron expuestos a Arístides en la carta ya citada, hoy lamentablemente perdida. Un testimonio sobre el contenido de esta carta nos ha llegado a través de Gregorius Barhebraeus, un escritor de la Iglesia Siria Ortodoxa.

Y Africano, un compilador de genealogías, dice que Eli, el hijo de Matthat, y Jacob, el hijo de Mathan, eran hermanos de parte de su madre, cuyo nombre era Estha, y Esther en otro códice.

Cuando Eli murió sin hijos, su hermano Jacob tomó a su mujer, de acuerdo a la ley de provisión de hijos, y engendró de ella a José. De aquí que José fuera hijo natural de Jacob, como dice Mateo, y legal de Eli, como dice Lucas. […]

Africano dice que, de acuerdo a la tradición que él recibió de los genealogistas hebreos, Eli, Matthat y Levi eran hermanos, hijos de Melchi y no, como Lucas dice – Eli hijo de Matthat y Matthat hijo de Levi.

Martin Wallraff(2007, editor) Iulius Africanus, Sextus. Iulius Africanus Chronographiae, F90c, De Gruyter (traducción nuestra del inglés)
La genealogía de Jesús según Julio Africano
La genealogía de Jesús según Julio Africano

La teología detrás de las genealogías

Ya hemos nombrado en diferentes secciones que los evangelistas podrían haber tenido un interés teológico en el modo en que construyeron sus genealogías. Esto es generalmente aceptado por los investigadores y por la Iglesia. El pueblo de Israel podía escribir sus genealogías adaptadas a diferentes destinatarios y con distintas finalidades. En su libro El nacimiento del Mesías, el sacerdote católico Raymond Brown realizó un extenso análisis del mensaje teológico de Mateo y Lucas.

La teología en la genealogía de Jesús según Lucas

Lucas ubica su genealogía luego del episodio del bautismo de Jesús, en el que una voz del cielo afirma que Jesús es el Hijo de Dios. Esto por sí mismo ya justificaría la ubicación de Dios al principio de la lista. A su vez, este evangelista traza el linaje humano de Jesús a partir de Adán. Esto puede deberse a que escribía para los gentiles que recibían la prédica de San Pablo.

La enseñanza paulina hacía una comparación entre Jesús y Adán que podría haber motivado a Lucas a remontar la construcción de su lista hasta el primer hombre. Además, el pasaje siguiente de su evangelio se relación con la tentación de Jesús por parte de Satanás, un tema que evoca la tentación en el jardín del Edén.

El mensaje de Lucas habla sobre la divinidad de Jesús, que es al mismo tiempo la divinidad del Mesías de la Casa de David. Además, transmite la idea de un nuevo Adán. El Cristo, en su naturaleza humana, no fallará donde Adán falló. Él ha venido para renovar a la humanidad y anunciar un pacto de reconciliación entre Dios y el hombre.

La teología en la genealogía de Jesús según Mateo

Como ya se ha señalado, uno de los aspectos más llamativos de la genealogía presentada por Mateo es su construcción siguiendo un criterio de tres series de catorce. La gematría judía, un método de interpretación basado en la asignación de valores numéricos a las letras, da un resultado de 14 para el nombre de David.

Según la interpretación de Brown, Mateo habría accedido a una lista similar a la del Libro Primero de las Crónicas que contaba 14 generaciones desde Abraham hasta David. En cambio, se habría valido de otra lista para la descendencia de David hasta Jeconías, con la diferencia de que sería una lista imprecisa basada en el recuerdo popular. Por casualidad, esta lista habría tenido también 14 nombres.

Mateo, aficionado a los números, habría pensado naturalmente que estaba observando un patrón divino en el plan de salvación. Por este motivo, completó la lista de los ascendientes de Jesús a partir del conocimiento popular en un número de 14 generaciones, con el fin de alcanzar la perfección de las tres series. Benedicto XVI, en su libro Jesús de Nazareth, escribe que el hecho de que hayan transcurrido 14 generaciones indica la llegada del David definitivo y la instauración del Reino de Dios.

Además de la idea de los tiempos perfectos de Dios, Mateo habría querido transmitir otro mensaje. En su lista genealógica, agregó cinco mujeres, lo que era una práctica inusual en la cultura judía. El motivo más probable de esta acción sería mostrar que el Mesías se encontraba relacionado con los gentiles por sus antepasados, ya que las mujeres nombradas eran extranjeras. Presumiblemente, Mateo escribió para una comunidad mixta de gentiles y judíos.

La preocupación de llegar a los gentiles se vería reflejada en el hecho de que Mateo lleva su lista genealógica hasta Abraham. En el plan divino, todos los pueblos de la tierra serían bendecidos por el patriarca hebreo.

Como corresponde al evangelista judeocristiano Mateo, se trata de un árbol genealógico judío en la perspectiva de la historia de la salvación, que piensa en la historia universal a lo sumo de forma indirecta, es decir, en la medida en que el reino del David definitivo, como reinado de Dios, interesa obviamente al mundo entero. Con ello, también la datación concreta resulta vaga, ya que el cálculo de las generaciones está modelado más por las tres fases de la promesa que por una estructura histórica, y no se propone establecer referencias temporales precisas.

Benedicto XVI. En Jesús de Nazareth. Cap 1, p. 32

Hijo de Dios

Marcos refiere que, en ocasión de sus enseñanzas en el Templo, Jesús hablaba del Salmo 110 de David sobre el Sacerdocio del Mesías con estas palabras:

“¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? David mismo dijo, movido por el Espíritu Santo:

Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi diestra
hasta que ponga a tus enemigos 
debajo de tus pies.

Si el mismo David le llama Señor, ¿cómo entonces puede ser hijo suyo?”.

Mc 12: 35-37

Considerar a Jesús como el Mesías largamente esperado podía significar, para la imaginación del pueblo, iniciar una guerra contra los opresores romanos. En el pasaje citado por Marcos, Jesús busca despegar la idea del Mesías de la de un líder militar. David llama “mi Señor” a uno de sus descendientes, algo muy difícil de pensar en la cultura judía. Los padres no llaman Señor a sus hijos y David tenía la dignidad de un monarca. Si el Mesías desciende de David, tiene que haber alguna forma de explicar que un rey se refiera a Él como “mi Señor”. Señor era, además, un título para dirigirse a Dios.

Pedro explica esto en su discurso del día de Pentecostés:

“Hermanos, permitidme que os diga con toda franqueza que el patriarca David murió y fue sepultado, y su tumba se ha conservado entre nosotros hasta el presente. Pero como él era profeta y sabía que Dios le había asegurado, bajo juramento, que se sentaría en su trono uno de su linaje, vio el futuro y habló de la resurrección de Cristo, que ni fue abandonado en el Hades ni su carne experimentó la corrupción. Dios resucitó a este Jesús; todos nosotros somos testigos de ello. Así pues, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido y lo ha derramado; esto es lo que vosotros veis y oís en este momento. Pues David no subió a los cielos, y sin embargo dice:

Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi diestra
hasta que ponga a tus enemigos
debajo de tus pies.

Sepa, pues, con certeza todo Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a ese Jesús a quien vosotros habéis crucificado”.

Hch 2: 29-36

Por esta doble naturaleza, humana y divina, es que Juan presenta al Cristo en el principio de todo, junto a Dios y siendo Dios. En el principio era el Logos… y el Logos se hizo carne y habitó entre nosotros.

El origen que importa

La genealogía de Jesús es importante para indicar su pertenencia a la casa de David, ya que el Antiguo Testamento y las tradiciones judías apuntan a que esa es la casa del Mesías. Dos mil años después de su nacimiento, no contamos con la información suficiente para determinar la interpretación correcta que debe hacerse de los registros consignados por los evangelistas.

Sin embargo, podemos confiar en los contemporáneos de Jesús y en sus apóstoles que no tenían dudas acerca su origen davídico. Es difícil pensar que hayan aceptado como Mesías a un descendiente de otra Casa. De la misma forma, es difícil que una cultura preocupada constantemente por las genealogías no haya presentado objeciones a un Rabí que pretendía pertenecer a una casa distinta de la suya.

Los primeros cristianos aprendieron a dejar atrás la importancia de las interminables listas genealógicas y asumieron sin dudar que Jesús pertenecía a la Casa de David. Mateo y Lucas presentaron la genealogía de Jesús que creyeron más conveniente, pero comprendieron que lo importante ya no era determinar el derecho de Jesús al trono terrenal. El Mesías vino como Hijo de Dios a predicar la llegada del Reino de los Cielos y a dar la promesa de una vida futura en la Gloria del Padre. El Logos se hizo carne y habitó entre nosotros para luego volver al Padre y reinar por la eternidad.

Foto de portada por © José Luiz Bernardes Ribeiro, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=16831751

1 comentario en “La explicación de la genealogía de Jesús”

  1. Yuvilis Arteaga rada

    Muy interesante conocer la genealogía de Jesus para aprender y conocer más las escrituras

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