Los hermanos de Jesús

Los hermanos de Jesús


El Nuevo Testamento contiene varias referencias a los hermanos de Jesús. Muchas personas ven en ellas la confirmación de que José y María tuvieron muchos hijos. ¿Qué permite saber el texto bíblico y qué se pensó tradicionalmente sobre el tema? Te presentamos un examen detallado de esta cuestión.

Tabla de contenidos

Presentación de los hermanos de Jesús

El evangelio de Marcos contiene una referencia explícita a los hermanos de Jesús y provee una lista parcial de ellos.

Salió de allí y se dirigió a su patria, seguido por sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y se preguntaba: “¿De dónde le viene esto? ¿Quién le ha dotado de esta sabiduría? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí, entre nosotros?” Y se escandalizaban a causa de él.

Jesús les dijo: «Un profeta sólo carece de prestigio en su patria, entre sus parientes y en su casa».

Mc 6: 1-4

Hermanos incrédulos

En este pasaje del evangelio, Jesús predica y obra milagros en Nazaret, su patria. Sus conciudadanos lo escuchan entre el asombro y la incredulidad. No piensan en él como un profeta. El evangelio de Juan aclara que ni sus hermanos creían en su mesianismo (Jn 7:5). ¿Quiénes eran estos hermanos incrédulos?

El evangelio de Marcos menciona a Santiago, Joset, Judas, Simón y un número indefinido de hermanas. El evangelio de Mateo, de redacción posterior a Marcos, conserva también un pasaje con una lista similar: Santiago, Joset, Simón y Judas, más algunas hermanas (Mt 13:55). No se dice si eran todos quienes no creían o sólo algunos de ellos.

Jesús responde a la incredulidad de todos mediante la distinción de tres lugares en que un profeta no es considerado como tal: la patria, entre los parientes y en la casa propia. En estos lugares, las personas conocen al profeta desde toda la vida y no pueden verlo sino como uno de los suyos.

Sabemos por Hechos de los Apóstoles que algunos de los hermanos de Jesús finalmente creyeron. En el día de Pentecostés estaban reunidos con María y los apóstoles.

Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de algunas mujeres, de María la madre de Jesús y de sus hermanos.

Hch 1:14

La tradición ha transmitido que Santiago, Simón y Judas participaron activamente de la Iglesia naciente. Al primero de ellos se lo llamó «hermano del Señor».

La dificultad de la palabra «hermano»

La palabra para nombrar compatriotas, parientes, hermanos, compañeros y prójimos era única en el arameo, lengua natural de Israel en el siglo I. El término אחא (âhâ) los incluía a todos. Este término se traduce como אח (âh) al hebreo, lengua del Antiguo Testamento, y como αδελφος (adelphos) al griego, lengua del Nuevo Testamento. Al español, se traduce como «hermano».

La utilización de la palabra hermanos para designar a grupos tan heterogéneos ha generado muchas dificultades de interpretación y controversias sobre los hermanos de Jesús. ¿A quiénes se refieren los evangelistas? ¿A hermanos carnales que vivían con él en su casa o parientes cercanos?

Los hermanos de Jesús en el Nuevo Testamento

Al leer los pasajes de Marcos y Mateo que mencionan a los hermanos de Jesús, se observa que no mencionan explícitamente que sean hijos de José o de María. En el texto de Marcos, Jesús es presentado como un carpintero hijo de María y, en el texto de Mateo, como el hijo del carpintero y de María.

Por otra parte, ambos textos introducen a los hermanos con una conjunción: Marcos escribe καὶ ἀδελφὸς Ἰακώβου καὶ… (y hermano de Santiago y…) y Mateo escribe καὶ οἱ ἀδελφοὶ αὐτοῦ (y los hermanos de él).

Este modo de introducir a los hermanos de Jesús, así como el conocimiento de que los judíos tenían una organización familiar tribal, llevó a pensar que el término «hermanos» podría referirse a los integrantes de una misma familia. Tíos, sobrinos, primos, hermanos y hermanastros podían ser designados con esta palabra por los israelitas del siglo I. Analizaremos los datos que provee el Nuevo Testamento para examinar esta interpretación.

Santiago y Joset

Los primeros dos nombres de la lista, Santiago y Joset, aparecen en el mismo orden en Marcos y Mateo. También en estos evangelios se dice que su madre se llama María. ¿Es esta María la misma madre de Jesús?

La madre de Santiago y Joset aparece nombrada en los evangelios en dos situaciones: la crucifixión y el sepulcro vacío.

Las mujeres que miraban la crucifixión

Había también unas mujeres mirando desde lejos, entre ellas María Magadalena, María la madre de Santiago el menor y de Joset, y Salomé…

Mc 15:40

El evangelio de Marcos agrega una información nueva sobre Santiago, el hermano de Joset: también se lo conocía como «Santiago el menor». ¿Es Santiago el menor, entonces, el mismo Santiago nombrado entre los hermanos del Señor?

Es interesante notar que la expresión para referirse a María, la madre de Santiago y Joset, no incluye a Simón y Judas. Sin embargo, esto no aporta evidencia concluyente para afirmar que no era madre de estos últimos. Es lógico pensar que no iba a nombrarse a una mujer usando todos los nombres de sus hijos. La misma María es también nombrada por Marcos, más adelante, como «madre de Santiago» (Mc 16:1). Podemos pensar que la María mencionada es también la madre de Judas y Simón. Nos centraremos en la posibilidad de determinar si esta María coincide o no con María, la madre de Jesús.

Comparación entre los evangelios

A continuación, presentamos un cuadro con los nombres de las mujeres que observan la crucifixión en los cuatro evangelios.

¿Es María de Clopás la madre de los "hermanos de Jesús"?

Puede observarse que los evangelistas, a excepción de Lucas, mencionan explícitamente a las mujeres que acompañaron a Jesús en la crucifixión. Las listas de Marcos y Mateo son prácticamente idénticas, con la diferencia de que éste último nombra a Salomé como la madre de los hijos del Zebedeo, es decir, los apóstoles Santiago y Juan.

A algunas personas les genera extrañeza que no se nombre a María, la madre de Jesús, en los relatos de la crucifixión de Marcos y Mateo. Por este motivo, han intentado identificarla con la madre de Santiago y de Joset. Pero esta solución no es verosímil, ya que ambos evangelistas se refieren a María de Nazaret como madre de Jesús en otros pasajes (Mc. 3: 31-32 y 6:3; Mt 1:16, 12:46 y 13:55). Es más probable que incluyeran a la madre de Jesús entre las mujeres venidas de Galilea (Mc 15:41 y Mt 27:55) o que, por algún otro motivo, hubieran preferido no nombrarla.

Juan hace explícita la presencia de María y la ubica en el mismo sitio de la crucifixión. También nombra a María Magdalena y a la mujer de Clopás. Algunos comentaristas del texto bíblico sostienen que hay una ambigüedad en la frase «María, mujer de Clopás, hermana de la madre de Jesús», que también podría entenderse como «María, mujer de Clopás y la hermana de la madre de Jesús». En esta última lectura, la hermana de la madre de Jesús podría ser Salomé, que no es nombrada por Juan.

Una interpretación posible de «María, la mujer de Clopás» es que es la forma en que el cuarto evangelista llama a María, la madre de Santiago y Joset. ¿Se trata de la misma persona?

Las mujeres en el sepulcro vacío

Regresaron, pues, del sepulcro y anunciaron estas cosas a los Once y a todos los demás. Las que referían estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana, María la de Santiago y las demás que estaban con ellas.

Lc 24: 9 – 10

El evangelio de Lucas cuenta cómo, luego del regreso del sepulcro, María Magdalena, Juana de Cusa, María la de Santiago y otras mujeres intentaron convencer a los apóstoles de la resurrección de Jesús. Lucas no afirma que todas estas mujeres estuvieron presentes en el sepulcro vacío, sino que las mujeres venidas de Galilea habían ido a ver dónde ponían el cuerpo de Jesús (Lc 23:55). Estas mujeres, o algunas de ellas, fueron al sepulcro el primer día de la semana (Lc 24:1).

La información de Lucas es consistente con lo relatado por Marcos y Mateo. Escribe Marcos: «María Magdalena y María de Joset se fijaron donde lo ponían» (Mc 15:47). Por su parte, Mateo dice: «Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas frente al sepulcro» (Mt 27: 61). Podemos asumir razonablemente que no hay contradicción en los relatos de los evangelistas sobre el grupo de mujeres que acompañaron a Jesús en Jerusalén.

Comparación entre los evangelios

A continuación, presentamos un cuadro con los nombres de las mujeres que se nombran en los relatos del sepulcro vacío.

¿Es María de Clopás la madre de los "hermanos de Jesús"?

En esta parte, el evangelio de Juan no aporta datos nuevos en relación a los tres evangelios sinópticos. Solamente menciona a María Magdalena. Lucas, en cambio, se centra en la actividad de las mujeres posterior al episodio del sepulcro vacío. Por este motivo, incluye a Juana de Cusa y a otras mujeres no nombradas en los evangelios de Marcos y Mateo.

Marcos y Mateo coinciden nuevamente en nombrar a María Magdalena y María, la de Santiago. Mateo 28:1 usa la expresión «la otra María» para referirse a la ya nombrada como «madre de Santiago y Joset». Lucas respalda la afirmación incluyendo en su lista de mujeres a María Magdalena y María, la de Santiago.

María, la madre de Santiago y Joset

Luego de la revisión de los pasajes de la crucifixión y del sepulcro vacío, podemos llegar a las siguientes conclusiones:

  • María, la madre de Santiago y Joset, es la misma María nombrada como «María de Joset» (Mc 15:47), «la otra María» (Mt 27: 61 y 28:1) y «María, la de Santiago» (Mc 16:1 y Lc 24:10).
  • El evangelio de Juan parece identificar a María, la madre de Santiago y de Joset, con María de Clopás (Jn 19:25). Ésta última es presentada claramente como una persona diferente a María, la madre de Jesús. Ambas mujeres son nombradas explícitamente en el grupo presente en la crucifixión.
  • Según una interpretación posible de Juan 19:25, María de Clopás es la hermana de María, la madre de Jesús. Santiago y Joset serían, entonces, primos hermanos de Jesús.
Árbol genealógico provisorio derivado de la interpretación de María, madre de Santiago y Joset, como hermana de María y tía de Jesús (Juan 19:25). Se asume que es esposa de Clopás.
  • Según otra interpretación posible de Juan 19:25, María de Clopás se encontraba junto a la hermana de la madre de Jesús. Esta última interpretación sugiere que la hermana de María sería Salomé, la mujer no nombrada por Juan.
Árbol genealógico provisorio derivado de la interpretación de Salomé como hermana de María y tía de Jesús (Juan 19:25)
  • Marcos y Mateo se refieren a María de Nazaret como madre de Jesús. Si los evangelistas hubiesen preferido llamarla también por el nombre de otros hijos, la opción más razonable habría sido utilizar «María, madre de Jesús y Santiago». Esto indica que María de Nazaret y María, madre de Santiago y Joset, son personas diferentes.
  • Si María de Nazaret y María, madre de Santiago y Joset, son personas diferentes, entonces Santiago y Joset no son hermanos de Jesús en el sentido actual del término.

Santiago, el hermano del Señor

Santiago, el hermano del Señor, fue un líder importante de la Iglesia de Jerusalén y es nombrado varias veces en el Nuevo Testamento. A él se le atribuye la redacción de la Epístola de Santiago o, al menos, la inspiración de su contenido.

Santiago es nombrado por San Pablo algunas veces (Gal 1: 19, 2:9 y 2:12; 1 Co 15:7) y en Hechos de los Apóstoles se habla de la autoridad que tuvo sobre la Iglesia primitiva (Hch 12:17, 15:13-21 y 21:17-21).

En los evangelios, no hay una referencia explícita como «Santiago, el hermano del Señor», aunque el consenso académico sostiene que se trata de la misma persona nombrada por Marcos y Mateo en su lista de los hermanos de Jesús.

Santiago, el menor. ¿Santiago apóstol?

La tradición católica ha identificado a Santiago, el menor, con el apóstol Santiago, hijo de Alfeo. Como el calificativo «menor» se aplica al hijo de María, madre de Santiago y de Joset, esto significaría que este apóstol es también Santiago, el hermano del Señor.

Al existir la posibilidad de que María, madre de Santiago y de Joset, sea también María de Clopás, suele interpretarse que Alfeo era también llamado Clopás. Este argumento fue considerado extensamente por San Jerónimo en su obra La virginidad perpetua de María Bendita.

El origen de la identificación entre Santiago, hijo de Alfeo, con Santiago, el hermano del Señor, parte de una forma posible de interpretar las palabras de San Pablo en Galatas 1:19.

En la actualidad, algunos académicos se inclinan por la hipótesis de que Santiago, el menor, y Santiago, el hermano del Señor, son la misma persona, aunque disienten en cuanto a la identificación con el apóstol. Para esto, se basan en Hechos 1: 13-14 y 1 Co 15: 5-7.

Examinaremos estos pasajes a continuación.

El hermano del Señor es un apóstol

Luego de su conversión y estadía en Arabia, San Pablo hace un viaje a Jerusalén para encontrarse con Pedro y los apóstoles. Al llegar allí, sólo encuentra a Pedro y al hermano del Señor.

Al cabo de tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas; y permanecí quince días en su compañía. Y no vi a ningún otro apóstol, sino a Santiago, el hermano del Señor.

Gal 1 :19

El texto griego de la carta dice ἕτερον δὲ τῶν ἀποστόλων οὐκ εἶδον, εἰ μὴ Ἰάκωβον τὸν ἀδελφὸν τοῦ κυρίου (pero a otro de los apóstoles no vi, sino a Jacobo el hermano del Señor). La carta deja poco lugar a dudas de que Pablo consideraba a Santiago, el hermano del Señor, como un apóstol.

San Jerónimo presentó la forma final del argumento que identificaba al hermano del Señor con el hijo de Alfeo.

Si él es un apóstol, entonces debe ser el hijo de Alfeo y un creyente en Jesús, “porque ni aun sus hermanos creían en él.”

Si él no es un apóstol, sino un tercer Santiago (quien puede ser él, no puedo decir), ¿cómo puede ser considerado el hermano del Señor, y cómo, siendo un tercero, puede ser llamado “el menor” para distinguirlo del mayor, cuando “mayor” y “menor” son usados para denotar las relaciones existentes, no entre tres, sino entre dos?

San Jerónimo. La virginidad perpetua de María Bendita, XV.

Los Doce y los hermanos del Señor

Si bien parece estar claro que Santiago, el menor, es una de las formas de llamar al hermano del Señor, no es clara la identificación de éste con Santiago, el hijo de Alfeo. Muchos biblistas interpretan que los hermanos de Jesús conforman un grupo diferenciado de los apóstoles.

Cuando llegaron, subieron a la estancia superior, donde vivían. Eran Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Zelota y Judas de Santiago.

Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de algunas mujeres, de María la madre de Jesús y de sus hermanos.

Hch 1: 13-14

El pasaje de Hechos de los Apóstoles mencionado, así como San Pablo en 1 Corintios 9:5, dan apoyo a la idea de que el hermano del Señor no estaba incluido en el grupo de los Doce. San Pablo parece diferenciar entre la figura del apóstol, enviado de Cristo, y el grupo más restringido de los Doce.

En primer lugar os transmití lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce; que después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los que todavía la mayor parte viven, aunque otros ya murieron.

Luego se apareció a Santiago; más tarde, a todos los apóstoles. Y en último término se me apareció a mí, que soy como un aborto.

1 Co 15: 3-8

En este pasaje de la primera carta a los Corintios, San Pablo se refiere a las apariciones de Jesús, relatadas en los evangelios, a Pedro y al grupo reunido de los Doce. Luego de la aparición a más de quinientos hermanos en la fe, hizo su aparición a Santiago. Finalmente, a todos los apóstoles, entre los que Pablo se cuenta en último lugar.

La utilización amplia que hace San Pablo del término apóstoles, posiblemente como enviados o mensajeros del Señor, y la distinción con respecto al grupo de los Doce, permite resolver la primera dificultad planteada por San Jerónimo. San Pablo considera a Santiago como apóstol, aunque no lo incluye en el grupo de los Doce.

Aún queda por resolver la cuestión de la aplicación del calificativo «menor».

Santiago, el menor – Santiago, el pequeño

La frase «Santiago, el menor» aparece una única vez en el Nuevo Testamento. En Marcos 15:40, se nombra a la madre de Santiago y de Joset como Μαρία ἡ Ἰακώβου τοῦ μικροῦ (María, la de Jacobo el mikros).

El término μικρός (mikros) fue interpretado como «menor» a causa de que en el grupo de los apóstoles había dos Santiago. El primer Santiago es hijo de Zebedeo y hermano de Juan y el segundo Santiago, el hijo de Alfeo. Se supuso, entonces, que habría sido lógico llamar menor al segundo Santiago, o bien porque era más joven, o bien porque se había incorporado después que el primero.

Sin embargo, μικρός puede ser entendido simplemente como «el pequeño». En este caso, Marcos 15:40 estaría haciendo referencia a María, la de Santiago el pequeño.

Al haber interpretado μικρός como «menor», la tradición se vio naturalmente llevada a llamar al primer Santiago como «el mayor». Con el tiempo, comenzó a creerse que «el menor» y «el mayor» era la forma usada para distinguir entre ambos Santiago en el grupo de los Doce. Sin embargo, ningún pasaje del Nuevo Testamento utiliza la expresión «Santiago, el mayor».

Si μικρός se interpreta como «el pequeño», desaparecen los motivos que llevaron a San Jerónimo a identificar a Santiago, hijo de Alfeo, con Santiago, hermano del Señor. De la misma manera, cobra fuerza la hipótesis de que Santiago, el hermano del Señor, no estuvo entre los doce apóstoles, sino que se incorporó tardíamente a la Iglesia.

Judas, hermano de Santiago

El Nuevo Testamento incluye, entre las llamadas epístolas católicas, la epístola de Judas, hermano de Santiago.

Judas, siervo de Jesucristo, hermano de Santiago, a los que han sido llamados por Dios Padre, y guardados para Jesucristo. Os deseo misericordia, paz y amor abundantes.

Judas 1:1-2

El autor de la carta no aclara de cuál Santiago es hermano, lo que ha llevado a muchos a pensar que se trata de un Santiago lo suficientemente conocido entre los cristianos. Por este motivo, se han propuesto tradicionalmente dos diferentes soluciones para la identificación de Judas: el apóstol Judas Tadeo y Judas, hermano de Jesús.

Primera posibilidad: el apóstol Judas Tadeo

Al comparar las distintas listas de apóstoles dadas en el Nuevo Testamento, se puede observar que el apóstol llamado Tadeo en las listas de Marcos y Mateo es llamado Judas en el evangelio de Lucas y en los Hechos de los Apóstoles. Por este motivo, se considera que se trata de una misma persona, Judas Tadeo.

Tabla de nombres de los doce apóstoles de Jesús

El evangelista Lucas, al utilizar el nombre Judas en lugar de Tadeo, se vio en la necesidad de diferenciarlo del Iscariote. Por este motivo, utilizó «de Santiago» como un diferenciador. Así como el «de» puede introducir una relación de madre a hijo o de hijo a padre, algunos autores sostienen que también podía utilizarse para referenciar una relación de hermano a hermano. En este sentido, Lucas habría querido decir «Judas, el hermano de Santiago».

Si puede interpretarse que Judas Tadeo fue el hermano de Santiago, hijo de Alfeo, entonces existe la posibilidad de que él sea el autor de la epístola que lleva su nombre. Sin embargo, esta posibilidad no explica por qué los otros evangelistas no explicitaron el parentesco o por qué Lucas no recurrió a la fórmula más natural «Judas, hijo de Alfeo».

Quienes rechazan la identificación del Judas de la epístola con Judas Tadeo sostienen que «de Santiago» remite a otra persona, concretamente, al padre del apóstol.

Segunda posibilidad: Judas, hermano de Jesús

La tradición cristiana también ha adjudicado la autoría de la epístola de Judas al hermano de Jesús nombrado en las listas de Marcos y Mateo. Esta es la posibilidad más aceptada entre los biblistas contemporáneos, al menos entre quienes no cuestionan la autenticidad de la carta.

En la epístola, Judas habría preferido no presentarse como hermano de Jesús o como hermano del Señor. Su fe lo habría llevado a presentarse como «siervo de Jesucristo» y «hermano de Santiago», aunque algunos autores piensan que el motivo es que «hermano del Señor» era un título honorífico que no todos los nombrados como hermanos de Jesús tendrían.

¿Qué datos aporta el Nuevo Testamento sobre los hermanos de Jesús?

Luego del recorrido realizado por los diversos pasajes que tratan el tema de los hermanos de Jesús, podemos plantear las siguientes conclusiones:

  • Todos los evangelistas están de acuerdo en la afirmación de que Jesús tuvo hermanos. Marcos y Mateo proveen una lista de nombres masculinos: Santiago, Joset, Simón y Judas.
  • Santiago y Joset aparecen nombrados también como hijos de una María. Esta María no puede ser identificada con María de Nazaret. Todos los evangelistas se refieren a María de Nazaret como madre de Jesús. Si hubieran querido incluir a otro hijo, habrían escrito «María, madre de Jesús y de Santiago».
  • María, la madre de Santiago y Joset, podría llegar a ser la misma persona nombrada como «María de Clopás» en el evangelio de Juan. Esto quiere decir que Clopás podría haber sido su padre o su marido.
  • El texto del evangelio de Juan es ambiguo con respecto a si María de Clopás era hermana de María de Nazaret. También es posible interpretar que la hermana de la madre de Jesús estaba junto a María de Clopás.
  • El evangelista Juan no nombra a Salomé entre las mujeres que observan la crucifixión. Una interpretación posible de esta omisión es que se refiere a ella como la «hermana de la madre de Jesús» que acompaña a las dos Marías. Sin embargo, esta identificación no es concluyente.
  • Santiago, el hermano del Señor, fue un líder importante de la Iglesia primitiva. El apóstol Pablo lo consideró un apóstol, aunque no lo incluyó dentro del grupo de los Doce. Si se trata del mismo hijo de María, la de Joset, entonces también fue llamado «Santiago, el menor». Es probable que el sentido original de «el menor» haya sido «el pequeño».
  • La identificación de «Santiago, el menor» con el apóstol Santiago presenta numerosas dificultades. Los textos examinados sugieren que el grupo de los hermanos del Señor estaba diferenciado del grupo de los Doce, aunque no del grupo de los apóstoles.
  • Es poco probable que el apóstol Santiago haya tenido como hermano a Judas Tadeo. Lucas se refiere a Judas como «el de Santiago» para diferenciarlo del Iscariote. Esto podría significar que era hijo de un tal Santiago.
  • Es probable que el autor de la epístola de Judas haya sido Judas, el hermano de Jesús y hermano de Santiago. Si tenemos en cuenta que la madre de Santiago y de Joset no es la madre de Jesús, entonces Santiago, Joset, Judas y Simón, hermanos entre sí, no son hijos de María. La utilización de la palabra «hermanos» estaría indicando un lazo familiar de otro tipo.

Santiago, Joset, Judas y Simón son llamados «hermanos de Jesús» por Marcos y Mateo. Sin embargo, se aclara que su madre es una María que no podemos identificar con María, la madre de Jesús. Estas afirmaciones generan más interrogantes que respuestas. ¿Pueden ser considerados como hijos de José? ¿Qué lugar ocupaba María, la madre de Santiago y de Joset, en la familia de Jesús?

Para responder a estos interrogantes, debemos tomar en consideración la estructura familiar hebrea.

La estructura familiar hebrea

Los hebreos tenían un modo de organización familiar tribal, que se traducía en la conformación de unidades familiares que hoy llamaríamos «extendidas».

La antigua familia hebrea incluía al marido y a la mujer, a sus hijos (y si los hijos estaban casados, a sus esposas e hijos), a los padres del marido, a los hermanos del marido y sus familias, a las hermanas solteras del marido y a otros parientes. También podía incluir a varias esposas y concubinas, con sus hijos y las familias de éstos.

Además de los parientes consanguíneos o afines, el hogar incluía a los sirvientes y esclavos, a los invitados (que estaban vinculados a la familia por las obligaciones de la hospitalidad) y a los forasteros (extranjeros residentes en el hogar y bajo su protección permanente, a menudo empleados del hogar).

En el contexto grecorromano, el hogar incluiría a la familia extendida, los sirvientes o esclavos, los clientes y los invitados. Las familias podían incluir a los hijos por adopción, aunque esa práctica era mucho más rara en el periodo del Antiguo Testamento que en el del Nuevo Testamento.

Este resumen ayuda a explicar el gran tamaño de la familia bíblica. La familia estadounidense media de hoy en día está formada por 2,63 personas; el hogar israelita medio habría estado formado por entre 50 y 100 personas.

Colijn, B. B. (2004). Family in the Bible: A brief survey. Ashland Theological Journal, 36, 73-84. (traducción nuestra del inglés)

Los términos del parentesco

La unidad elemental de la organización familiar hebrea era la casa paterna (בית אב / bêtāb). En este nivel vivían todas las personas que pertenecían, de diversas maneras, a la casa.

Cuando una mujer hebrea se casaba, dejaba su propia casa paterna para vivir en la casa paterna del marido. Cuando un hombre hebreo se casaba, y si tenía los medios suficientes, se independizaba de la casa de su padre para formar una casa propia. Si no disponía de los recursos suficientes, el nuevo matrimonio permanecía bajo el amparo de la casa paterna original del esposo.

El siguiente nivel de organización familiar era el clan (משפחה / mishpajah), traducido a veces como familia. Este nivel abarcaba a un conjunto de casas paternas estrechamente relacionadas. Los miembros de un mismo clan podían considerarse parientes entre sí.

La tribu se encontraba por encima del clan. En ella, cada israelita referenciaba sus orígenes a partir de la construcción de líneas genealógicas. Las genealogías eran parte importante de la organización social de los hebreos, ya que permitían la distribución de los roles sociales y conferían distintos posicionamientos a sus miembros en la estructura social.

Los primeros dos niveles, el de la casa paterna y el del clan, están claramente delimitados en la frase de Jesús en Marcos 6: 4: «Un profeta sólo carece de prestigio en su patria, entre sus parientes y en su casa».

Padres, hermanos y parientes

Si bien el arameo moderno cuenta con términos para diferenciar nuestros lazos de parentesco actuales (tío, sobrino, hermanastro, cuñado, etc.), se supone que el arameo de los tiempos bíblicos tenía un vocabulario de parentesco muy limitado. Esto es lo que cabría esperar de toda sociedad en que las estructuras de parentesco se conforman mediante clanes.

Un ejemplo de utilización del término «parientes» (συγγενίς en el original griego) lo encontramos en Lucas 1:26, donde Isabel es llamada pariente de María. Podemos asumir que el uso se debe a que ambas formaban parte de casas paternas distintas, aunque pertenecían al mismo clan. Hay que notar que el término no aporta información acerca del lazo que tendrían María e Isabel en nuestros sistemas de parentesco actuales.

Un ejemplo de lazo de parentesco al nivel de la casa paterna lo encontramos en Génesis 13:8, donde Abraham llama hermano a Lot, a pesar de que se indica expresamente que este último es hijo de su hermano (Gn 14:12).

Al interior de la casa paterna, se destacan los lugares de padre, madre, esposos e hijos. Cuando se quiere indicar la relación de tío a sobrino, se usan expresiones como «hijo del hermano de». No parece haber existido un término específico para designar la relación entre primos.

Aunque no hay dudas con respecto a la utilización del término «parientes» para indicar una relación entre miembros de un mismo clan, la utilización del término «hermanos» para la relación entre miembros de la casa paterna suele ser motivo de controversias. Es posible que esto se deba a la carga semántica que lleva el término en la actualidad.

La utilización del término adelfós en el Nuevo Testamento

Seréis entregados por padres (γονέων), hermanos (ἀδελφῶν), parientes (συγγενῶν) y amigos (φίλων), y matarán a algunos de vosotros.

Lc 21:16

En este pasaje lucano, podemos observar las distinciones básicas realizadas en el entorno inmediato de una persona. Mientras que padres y hermanos pertenecen al entorno de la casa paterna, parientes pertenece al entorno del clan y amigos al de los vínculos afectivos no familiares.

Al igual que en todas las culturas, las estructuras del parentesco se reflejaban en el pensamiento y en los términos utilizados para expresarlo. Es esperable que, al intentar expresar los lazos de parentesco en un idioma extranjero, el individuo miembro de una sociedad tribal intente buscar el término más representativo del usado en su lengua natural.

En este sentido, existiría una tendencia en la mente de un hebreo a expresar el término arameo para hermano (אחא / âhâ) con el griego ἀδελφός (adelfós). Un hebreo fiel a sus tradiciones no aceptaría fácilmente una estructura de parentesco extranjera para expresar la propia.

[Los lingüistas y antropólogos] se enfrentaron con problemas insolubles, desde el punto de vista filológico, al intentar clasificar las familias de los pueblos antiguos y algunas tribus aborígenes … con los lazos parentales de “hermano”. Se dieron cuenta que los sistemas de clasificación occidentales comúnmente aceptados y difundidos, no aplicaban para dicho empleo del término en los pueblos y tribus estudiadas.

Se percataron que en el estudio de la parentela exogámica extendida el empleo de “hermano” tenía una connotación mucho más amplia, “los hermanos del padre son considerados como padres; los hijos de hermanos son hermanos entre ellos y no primos” … dicha visión es totalmente coherente con los pueblos semitas.

Guzmán Raya, A. L. (2020). Exégesis y antropología parental. Un estudio introductorio a adelphós en el Nuevo Testamento. Veritas, (45), 161-178.

Cómo usan adelfós los evangelistas

En los evangelios pueden encontrarse tres usos de la palabra adelfós: la expresión de una relación de parentesco, una forma de llamar al prójimo y la forma en que se llaman los que comparten una misma fe.

  • Adelfós como expresión de una relación de parentesco. Como ya se ha mencionado, Marcos 6: 3 y Mateo 13:55 utilizan el término adelfós para nombrar a los hermanos de Jesús. El uso de adelfós en un sentido similar también puede encontrarse en Mc 1:16, 1:19, 3:17, 3:31, 3:32, 5:37, 6:17, 6:18, 10:29, 12:19, 12:20 y 13:12; Mt 1:2, 1:11, 4:18, 4:21, 10:2, 10:21, 12:46, 12:47, 14:3, 17:1, 19:29, 20:24, 22:24, 22:25 y 28:10; Lc 3:1, 3:19, 6:14, 8:19, 8:20, 12:13, 14:12, 14:26, 15:27, 15:32, 16:28, 18:29, 20:28, 20:29 y 21,16; Jn 1:40, 1:41, 2:12, 6:8, 7:3, 7:5, 7:10, 11:2, 11:19, 11:21, 11:23 y 11:32.
  • Adelfós como hermano en la fe. En Marcos 3: 35, Jesús expresa: «pues quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre». Una utilización similar se encuentra en Mc 3:33, 3:34 y 10:30; Mt 12:48, 12:49, 12:50 y 23:8; Lc 8:21 y 22:32; Jn 20:17 y 21:23.
  • Adelfós como prójimo. En Lucas 17:3, Jesús dice: «Si tu hermano peca, repréndele; y si se arrepiente, perdónale». Esta utilización de adelfós en el sentido de prójimo también puede encontrarse en Mt 5:22, 5:23, 5:24, 7:3, 7:4, 7:5, 18:15, 18:21, 18:35 y 25:40; Lc 6:41 y 6:42.

Hechos de los Apóstoles, cuya autoría suele atribuirse a Lucas el evangelista, al menos en el núcleo de la obra, también registra usos similares para la palabra adelfós. En lugar de la acepción amplia de prójimo presente en los evangelios, encontramos aquí un sentido más restringido, asociado a la idea de nación.

  • Relación de parentesco: 1:14, 7:13 y 12:2.
  • Hermanos en la fe: 9:17, 9:30, 10:23, 11:1, 11:12, 11:29, 12:17, 14:2, 15:1, 15:3, 15:22, 15:23, 15:32, 15:33, 15:36, 15:40, 16:2, 16:40, 17:6, 17:10, 17:14, 18:18, 18:27, 21:7, 21:17, 21:20, 22:13, 28:14 y 28:15.
  • Miembros de una misma nación: 1:16, 2:29, 2:37, 3:17, 3:22, 7:23, 7:25, 7:26, 7:37, 22:5 y 28:21.

Cómo usa adelfós Pablo

Para concluir el examen del uso de la expresión «hermanos» en el Nuevo Testamento, examinaremos la utilización que hace Pablo en las cartas consideradas indudablemente de su autoría. Estas cartas son siete: 1 Tesalonicenses, Filipenses, 1 Corintios, 2 Corintios, Gálatas, Filemón y Romanos. No utilizaremos las demás cartas paulinas por principios metodológicos, ya que muchos académicos consideran que no han sido compuestas de su puño y letra.

Encontramos en las cartas de Pablo los siguientes usos.

  • Hermano/s del Señor: «Santiago, el hermano del Señor» (Gal 1:19) y «los hermanos del Señor» (1 Co 9:5).
  • Hijos de Israel: En Romanos 9:3, Pablo escribe: «pues desearía ser yo mismo maldito, separado de Cristo, por mis hermanos, los de mi raza (συγγενῶν) según la carne».
  • Hermanos en la fe: Gal 1:2; 1 Co 1:1, 1:10, 1:11, 1:26, 2:1, 3:1, 4:6, 5:11, 6:5, 6:6, 6:8, 7:12, 7:15, 7:24, 7:29, 8:11, 8:12, 8:13, 9:5, 10:1, 11:2, 11:33, 12:1, 14:6, 14:20, 14:26, 14:39, 15:1, 15:6, 15:50, 15:58, 16:11, 16:12, 16:15 y 16:20; 2 Co 1:1, 1:8, 2:13, 8:1, 8:18, 8:22, 8:23, 9:3, 9:5, 11:9,12:18 y 13:11 ; Flm 1:1, 1:7, 1:16 y 1:20; Rom 8:29, 14:10, 14:13, 14:15, 14:21, 16:14 y 16:23; 1 Ts 1:4, 2:1, 2:9, 2:14, 2:17, 3:2, 3:7, 4:1, 4:6, 4:10, 4:13, 5:1, 5:4, 5:12, 5:14, 5:25, 5:26 y 5:27; Flp 1:14, 2:25 y 4:21.

En general, Pablo usa la palabra adelfós siempre en el sentido de «hermanos en la fe», excepto en tres ocasiones. La primera es para referirse a Santiago, de quien aclara que es «el hermano del Señor». La segunda es una mención general a «los hermanos del Señor», dando a entender que había más de uno en la Iglesia. La tercera, una utilización asociada a la expresión «según la carne».

Sobre las dos primeras excepciones, se ha planteado que «hermano del Señor» podría haber sido un título honorífico de la Iglesia primitiva, de algún modo asociado a los hermanos de Jesús mencionados en el evangelio. Las palabras «del Señor», reemplazando a «de Jesús», podrían indicar que se trata de los miembros de la casa paterna de Jesús que creyeron en él como Mesías. En todo caso, la expresión destaca la profesión de fe del hermano aludido más que su lazo familiar.

Sobre la utilización de hermanos asociada a la expresión «según la carne», Pablo introduce un elemento novedoso no presente en el resto del Nuevo Testamento, aunque sí en la literatura eclesiástica posterior. La frase utilizada por el apóstol es τῶν συγγενῶν μου κατὰ σάρκα (mis parientes según la sangre), especificando a τῶν ἀδελφῶν μου (mis hermanos). En el versículo siguiente (Rom 9:4), aclara que llama así a los israelitas. Según esta definición, aquellos que pertenecen a la nación de Israel son hermanos según la sangre.

Diferencia entre adelfós y anépsios

Se ha argumentado que Pablo, al ser un judío con formación helenista, conocía con seguridad el vocabulario griego para las relaciones de parentesco. Ciertos académicos suponen que Pablo debería haber traducido las relaciones de parentesco de su cultura a las relaciones de la cultura de donde tomó prestado el idioma. Por esto, sostienen que, en Gálatas 1:19 y 1 Corintios 9:15, Pablo debería haber usado la palabra ἀνεψιός (anépsios), que significa primo, para representar el tipo de relación que tenía Jesús con sus hermanos.

Pablo utiliza la palabra adelfós dos veces en todas sus cartas para expresar una relación familiar. En una se está refiriendo a Santiago, conocido como el hermano del Señor y, en otra, a los hermanos del Señor como grupo general. En caso de que «hermano del Señor» hubiera sido un título honorífico, es evidente que Pablo no osaría cambiar el nombre del título por el de «primo del Señor».

Sin embargo, supongamos que «el hermano del Señor» y «hermanos del Señor» representan solamente una relación de parentesco, sin alusión a ninguna profesión de fe. Entonces, las personas llamadas de esta manera, serían efectivamente conocidas en su lengua natal, el arameo, como hermanos (אַחִים / âhim). Pablo no podría traducir la palabra aramea como anépsioí sin eliminar el modo en que efectivamente eran conocidas esas personas dentro de la comunidad.

El anépsios atribuido a Pablo

Para reforzar la idea de que Pablo tendría que haber usado la palabra griega para indicar una relación de primos, se aduce que la palabra anépsios es usada en otras partes del Nuevo Testamento.

La única aparición de anépsios en toda la Biblia se da en la carta a los Colosenses. Esta carta, atribuida a San Pablo, parece objetar la idea de que un hebreo del siglo I no habría traducido nunca sus relaciones de parentesco para hacerlas encajar con un sistema de parentesco extranjero.

Os saludan Aristarco, mi compañero de cautiverio, y Marcos, primo (ἀνεψιὸς) de Bernabé, acerca del cual recibisteis ya instrucciones.

Col 4:10

Sin embargo, hay un amplio consenso en señalar que la carta a los Colosenses no fue escrita por San Pablo, sino por un redactor no judío. Según algunos autores, la carta entera se trataría de una falsificación tardía. Según otros, podría haber sido escrita por encargo de Pablo a un amanuense gentil.

El filósofo e historiador Josep Montserrat, en la obra colaborativa Los libros del Nuevo Testamento, describe el consenso académico sobre la autoría de la carta.

El estilo literario de Colosenses es muy distinto al de Pablo. El estilo en esta carta es pesado, solemne, con frases largas que parecen el flujo de una lenta oralidad. El autor dicta el texto al compás de un pensamiento englobante, en el transcurso del cual un concepto evoca otro concepto en una sucesión desordenada, plasmada en períodos sintácticos larguísimos que enlazan, una tras otra, oraciones participiales (por ejemplo, 1,9-20 forma una sola oración gramatical).

…En una palabra: hay otra retórica, una lentitud y pesadez que no se corresponde con la viveza cortante del Pablo auténtico. 

Piñero, A. (2021). Los libros del Nuevo Testamento: traducción y comentarios, p. 1174, Ed. Trotta.

La relación tío – sobrino

Es esperable que un idioma que usa el término «primos» para designar la relación de parentesco entre los hijos de dos hermanos, tenga también un término para diferenciar la relación tío – sobrino.

Ya hemos indicado que, en Génesis 14:12, se usa la expresión «hijo del hermano de Abraham» para referir que es su sobrino. Aún así, alguien podría imaginar que el término «sobrino» ya existía en el arameo del periodo neotestamentario. Sin embargo, Hechos de los Apóstoles muestra que, en el siglo I, aún seguían utilizando la expresión «hijo del hermano» para nombrar a un sobrino. En Hechos 23:16, puede leerse: «El hijo de la hermana de Pablo se enteró de la emboscada» (ὁ υἱὸς τῆς ἀδελφῆς Παύλου).

Los hermanos de Jesús en los historiadores tempranos

Además de los datos aportados por el Nuevo Testamento, existen referencias a los hermanos de Jesús en obras de historiadores tempranos. La más cercana en el tiempo a los inicios de la Iglesia es la del historiador judío Flavio Josefo, que menciona brevemente la muerte de Santiago, a quien llama «el hermano de Jesús, el llamado Cristo».

La mención de Santiago en la obra de Flavio Josefo

Flavio Josefo habla de Santiago como una personalidad importante en la ciudad. Su asesinato, presumiblemente en el año 62, provocó la destitución del Sumo Sacerdote Anán.

Siendo Anán de este carácter, aprovechándose de la oportunidad, pues Festo había fallecido y Albino todavía estaba en camino, reunió el sanedrín. Llamó a juicio al hermano de Jesús que se llamó Cristo; su nombre era Jacobo, y con él hizo comparecer a varios otros. Los acusó de ser infractores a la ley y los condenó a ser apedreados.

Flavio Josefo. Antigüedades Judías, libro XX.9.1. Traducción de Juan Martín Cordero.

Las palabras que utiliza Flavio Josefo para referirse a Santiago son «τὸν ἀδελφὸν Ἰησοῦ τοῦ λεγομένου Χριστοῦ, Ἰάκωβος ὄνομα αὐτῷ» (el hermano de Jesús, el llamado Cristo, de nombre Jacobo).

En un pasaje de las Antigüedades Judías citado por Eusebio de Cesarea, no conservado en los manuscritos sobrevivientes, también se hace referencia a Santiago, el hermano de Jesús.

Eso sucedió a los judíos en venganza de Santiago el Justo, hermano de Jesús, el llamado Cristo, porque precisamente los judíos le habían dado muerte aunque era un hombre justísimo.

Flavio Josefo. Citado en: De Cesarea, Eusebio (2001, trad. Argimiro Velasco-Delgado, O.P.) Historia Eclesiástica, BAC Madrid, p. 111, II.23.20

En esta última cita, la frase griega utilizada para nombrar a Santiago es «Ἰακώβου τοῦ δικαίου, ὃς ἦν ἀδελφὸς Ἰησοῦ τοῦ λεγομένου Χριστοῦ» (Jacobo el Justo, quien era hermano de Jesús, el llamado Cristo). Algunos académicos consideran que se trata de una interpolación. De ser así, tendría que haber sido muy temprana, ya que en la primera mitad del siglo III Orígenes de Alejandría pudo leerla en un ejemplar.

Porque en el libro 18 de sus Antigüedades de los Judíos, Josefo da testimonio de que Juan fue un Bautista, y que prometió la purificación a aquellos que se sometieron al rito.

Ahora bien, este escritor, aunque no cree en Jesús como el Cristo, al buscar la causa de la caída de Jerusalén y de la destrucción del templo, cuando debería haber dicho que la conspiración contra Jesús fue la causa de estas calamidades que sobrevinieron al pueblo, ya que dieron muerte a Cristo, que era un profeta, dice sin embargo -estando, aunque en contra de su voluntad, no muy lejos de la verdad- que estos desastres les sucedieron a los judíos como castigo por la muerte de Santiago el Justo, que era un hermano de Jesús (llamado Cristo), -los judíos le dieron muerte, aunque era un hombre muy distinguido por su justicia.

Pablo, auténtico discípulo de Jesús, dice que consideraba a este Santiago como hermano del Señor, no tanto por su parentesco de sangre, o por haberse criado juntos, sino por su virtud y doctrina.

Orígenes. Contra Celso. Cap. XLVII

Según muestra Orígenes, y la historiografía moderna permite suponer, Flavio Josefo no aceptó la condición mesiánica de Jesús. Esto se refleja en la forma en que se refiere a Santiago, que todos en la comunidad cristiana conocían como «el hermano del Señor». En su rechazo a reconocer a Jesús como Señor, Josefo desarma la expresión de fe asociada a Santiago y lo nombra por el parentesco: el adelfós de Jesús, ese que es llamado Cristo. Para Josefo, no había duda de que Santiago y Jesús pertenecían a la misma casa paterna.

Los hermanos de Jesús según Hegesipo de Jerusalén

Hegesipo de Jerusalén fue un cristiano de origen judío del siglo II y suele ser considerado como el padre de la Historia de la Iglesia. Su obra principal, Hypomnémta, registró extensamente la tradición sobre la predicación apostólica. El escrito constaba de cinco tomos, de los cuales se han conservado apenas algunos fragmentos.

Simón, primo de Jesús

Según puede leerse en la Historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea, Hegesipo afirmó que, luego del martirio de Santiago, fue elegido como su sucesor Simeón, aquel nombrado en los evangelios como hermano de Jesús.

Después del martirio de Santiago y de la toma de Jerusalén, que le siguió inmediatamente, es tradición que los apóstoles y discípulos del Señor que todavía vivían se reunieron de todas partes en un mismo lugar, junto con los que eran de la familia del Señor según la carne (pues muchos de ellos aún vivían), y todos celebraron un consejo sobre quién debía ser juzgado digno de suceder a Santiago, y todos, por unanimidad, decidieron que Simeón, el hijo de Clopás -mencionado también por el texto del Evangelio-, era digno del trono de aquella iglesia, por ser primo del Salvador, al menos según se dice, pues Hegesipo refiere que Clopás era hermano de José.

De Cesarea, Eusebio (2001, trad. Argimiro Velasco-Delgado, O.P.) Historia Eclesiástica, BAC Madrid, p. 145, III.11

Judas, hermano de Jesús

Además, Hegesipo se refiere a Judas, el hermano de Jesús incluido también en las listas de Marcos y Mateo. Dice sobre él que era llamado hermano de Jesús «según la carne» y que sus nietos estaban vivos durante la persecución del emperador Domiciano.

De la familia del Señor vivían todavía los nietos (υΐωνοί) de Judas, llamado hermano suyo según la carne, a los cuales delataron por ser de la familia de David. El evocato [soldado veterano] los condujo a presencia del césar Domiciano, porque éste, al igual que Herodes, temía la venida de Cristo.

…Ante estas respuestas [sobre el tipo de reino de Cristo], Domiciano no los condenó a nada, sino que incluso los despreció como a gente vulgar. Los dejó libres y por decreto hizo que cesara la persecución contra la Iglesia.

Los que habían sido puestos en libertad estuvieron al frente de las iglesias tanto por haber dado testimonio como por ser de la familia del Señor, y, vuelta la paz, vivieron todavía hasta Trajano.

Hegesipo. Citado en: De Cesarea, Eusebio (2001, trad. Argimiro Velasco-Delgado, O.P.) Historia Eclesiástica, BAC Madrid, pp. 151-152, III.20.1-2 y 5-6

La referencia de Hegesipo al mismo Judas de la lista de Marcos y Juan es clara. Este es el hermano del señor «según la carne». Como ya se ha mostrado, la expresión «según la carne» indica la existencia de un ancestro común, no necesariamente el padre. Judas podría haber sido el hermano de Santiago, Joset y Simón según nuestro sistema de parentesco y aún así haber sido considerado hermano de Jesús según la carne para el sistema de parentesco hebreo.

Los hermanos del Señor al frente de la Iglesia

Durante la breve persecución de Trajano, entre los años 109 y 111, los familiares de Jesús volvieron a dar testimonio de su fe, ésta vez bajo pena de muerte por negarse a adorar a los dioses romanos. En esos años, según Hegesipo, murió Simón, el primo del señor. También fueron martirizados los descendientes de Judas.

Vienen, pues, y se ponen al frente de toda la Iglesia como mártires y como miembros de la familia del Salvador. Cuando en toda la Iglesia se hizo paz profunda, viven todavía hasta el tiempo del emperador Trajano, hasta que el hijo del tío del Salvador, el llamado anteriormente Simón, hijo de Clopás, fue denunciado y acusado igualmente por las sectas, también por la misma razón, bajo el gobernador consular Ático.

Durante muchos días lo torturaron y dio testimonio, de manera que todos, incluido el gobernador, quedaron grandemente admirados de cómo seguía resistiendo a pesar de sus ciento veinte años. Y lo mandaron crucificar.

Hegesipo. Citado en: De Cesarea, Eusebio (2001, trad. Argimiro Velasco-Delgado, O.P.) Historia Eclesiástica, BAC Madrid, p. 179, III.32.6

Uso indistinto de anépsios y adelfós

Se ha objetado que Hegesipo diferencia entre adelfós (hermano) y anépsios (primo) en su redacción. El autor habría diferenciado entre Santiago y Judas, los adelfoí, y Simón, el anépsios. En los pasajes ya citados, se puede ver cómo Hegesipo llama primo a Simeón, el hermano de Jesús según los evangelios, y llama hermano a Judas. Santiago es también llamado por Hegesipo «el hermano del Señor» (Historia Eclesiástica II.23.4).

Si bien es cierto que el autor era capaz de distinguir entre adelfós y anépsios, parece utilizarlos de manera indistinta para significar la misma relación de parentesco. Esto puede verse en el siguiente pasaje, también guardado por Eusebio.

Y después que Santiago el Justo hubo sufrido el martirio, lo mismo que el Señor y por la misma razón, su primo Simeón, el hijo de Clopás, fue constituido obispo. Todos le habían propuesto, por ser el otro primo (άνεψιόν) del Señor.

Hegesipo. Citado en: De Cesarea, Eusebio (2001, trad. Argimiro Velasco-Delgado, O.P.) Historia Eclesiástica, BAC Madrid, p. 179, IV.22.4

La palabra anépsios se usa una única vez en la frase «por ser el otro primo del Señor» (ὄντα ἀνεψιὸν τοῦ Κυρίου δεύτερον). La expresión traducida como «su primo Simeón, el hijo de Clopás» tiene en el original el sentido de «Siméon, el hijo de su tío Clopás».

Hay que notar que «el otro primo del Señor» implica que Santiago era considerado también un primo. De otra forma, hablar de otro primo obispo no tendría sentido. La misma persona es referida como hermano y primo, por lo que puede plantearse que el autor alterna entre el sistema de parentesco hebreo y el sistema de parentesco griego. En adelante, el debate sobre los hermanos de Jesús se plantearía únicamente en los términos del sistema griego.

¿Qué enseña Hegesipo sobre los hermanos de Jesús?

Si Eusebio transmitió de forma adecuada las ideas de Hegesipo, podemos afirmar que este historiador temprano tuvo una interpretación definida sobre algunos de los puntos que ya destacamos en nuestro examen del Nuevo Testamento.

  • Simón es hijo de Clopás. Hegesipo indica que es el mismo Simón de los evangelios. Santiago, Joset, Simón y, con alta probabilidad, Judas son los hijos de Clopás.
  • Clopás era un hermano de José. Esto significa que, en términos de nuestras relaciones actuales de parentesco, Santiago, Joset, Simón y, con alta probabilidad, Judas eran primos de Jesús. Esto es explícitamente afirmado por Hegesipo sobre Santiago y Simón.
  • Juan 19:25 debe entenderse en el sentido de que en la crucifixión estaban María, la mujer de Clopás, junto a la hermana de María, la madre del Señor. Si bien no se dice el nombre de esta hermana, si no había otras mujeres que las ya nombradas en los evangelios sinópticos, podría ser Salomé.
  • Por ser hijos de un hermano de José, los primos de Jesús son parte de «la familia del Señor según la carne», expresión probablemente original del texto de Hegesipo, similar al uso que hace Pablo en Romanos 9:3. Como Hegesipo aplica la expresión al entorno cercano de los familiares de Jesús, posiblemente a aquellos que compartieron la casa paterna, es necesario concluir que «según la carne» designa a aquellos que comparten un ancestro común.

Los hermanos de Jesús en la obra de Tertuliano

Es usual leer en publicaciones académicas, y en varias publicaciones protestantes, que Tertuliano defendió enérgicamente que los hermanos de Jesús mencionados por Marcos y Mateo eran hijos de José y María. En esta interpretación, sostenida ampliamente por muchos académicos actuales, Jesús es el primogénito de una larga serie de hermanos.

Para derivar esta peculiar interpretación de la postura de Tertuliano, suelen invocarse dos fragmentos que hacen referencia a los hermanos de Jesús: Adversus Marcionem (IV.19) y De Carne Christi (VII). Ambos fragmentos exponen el mismo argumento en contra de los marcionitas, quienes sostuvieron que Jesús nunca había encarnado realmente como humano. Tertuliano se basa en los pasajes del evangelio de Lucas que nombran a la madre y los hermanos de Jesús para refutar sus ideas.

Tertuliano realiza una defensa enfática de que Jesús tuvo madre y hermanos, tal como indica el evangelio. También acusa a los herejes marcionitas de haber quitado los pasajes que los mencionan, ya que era evidente que los parientes de Jesús eran muy conocidos para aquellos que lo escuchaban.

En primer lugar, nadie le habría dicho que su madre y sus hermanos estaban fuera, si no tuviera la certeza de que tenía madre y hermanos, y de que eran las mismas personas que él estaba anunciando en ese momento, que o bien le habían sido conocidas antes, o fueron entonces y allí descubiertas por él; aunque los herejes han eliminado este pasaje del Evangelio, porque aquellos que admiraban Su doctrina decían que Su supuesto padre, José el carpintero, y su madre María, y sus hermanos, y sus hermanas, eran muy conocidos por ellos.

Tertuliano. De Carne Christi, VII

En los textos aludidos de Tertuliano, no hay mención de que los hermanos de Jesús sean hijos de María y José. Esta idea surge de una interpretación posterior en relación a su negación de la virginidad de María. Para reforzar esta idea, se aduce que el hereje Helvidio, combatido por San Jerónimo, habría citado a Tertuliano para decir que María y José tuvieron otros hijos.

La negación de la virginidad de María

San Jerónimo respondió ampliamente a los argumentos de Helvidio mediante un examen detallado de la cuestión de los hermanos de Jesús. También descartó su referencia a Tertuliano por considerar que éste no era parte de la Iglesia.

Ahora que he salido de las rocas y arrecifes, debo soltar la vela e ir a toda velocidad a alcanzar a su epílogo. Sintiendo que él mismo es alguien muy superficial, aquí saca a relucir a Tertuliano como testigo y cita las palabras de Victorio, obispo de Petavium. De Tertuliano solo digo que él no pertenecía a la Iglesia.

San Jerónimo. La virginidad perpetua de María Bendita, XIX.

Aunque nunca se aclara qué textos de Tertuliano citó, por la respuesta de Jerónimo se puede suponer que Helvidio se apoyaba en sus escritos sobre la virginidad de María, de naturaleza exclusivamente doctrinal.

El rechazo de Jerónimo a tomar las palabras de Tertuliano como argumento válido se comprende al considerar que, en asuntos de doctrina, este autor no tenía nada relevante que decir. Pero, actualmente, algunos interpretan que el rechazo se debió a que Tertuliano afirmaba que María y José habían tenido más hijos luego del nacimiento de Jesús. Para apoyar esta interpretación, suele invocarse especialmente De monogamia 8, 2.

Dos protectores tenemos de la santidad cristiana, la monogamia y la continencia. Como virgen ciertamente María dio a luz a Cristo, casada una única vez después del parto, de modo que quedaran verificados los dos títulos de santidad: virgen y luego madre y esposa de un solo varón.

Tertuliano. De monogamia 8, 2.

El «casada una única vez despúes del parto» (semel nuptura post partum) es explicitado por Tertuliano en el capítulo XXIII de su obra De Carne Christi.

La que dio a luz (realmente) dio a luz; y aunque era virgen cuando concibió, era esposa cuando dio a luz a su hijo. Ahora bien, como esposa, estaba bajo la misma ley de «abrir el vientre», en la que no importaba en absoluto si el nacimiento del varón era en virtud de la cooperación del marido o no; era el mismo sexo el que abría su vientre.

…¿Quién abrió propiamente el vientre sino Aquel que abrió uno cerrado? Pero es el matrimonio el que abre el vientre en todos los casos. El vientre de la virgen, por lo tanto, fue especialmente abierto, porque estaba especialmente cerrado.
En efecto, debería llamarse más bien no virgen que virgen, al convertirse en madre de un salto, por así decirlo, incluso antes de ser esposa. ¿Y qué más hay que decir sobre este punto? Puesto que fue en este sentido que el apóstol declaró que el Hijo de Dios no había nacido de una virgen, sino «de una mujer», en esa declaración reconoció la condición del «vientre abierto» que se produce en el matrimonio.

Tertuliano. De Carne Christi, XXIII

En el pasaje citado, Tertuliano asocia la apertura del vientre del parto con el matrimonio. Para él, da igual que el marido haya mantenido relaciones sexuales con su esposa o no. La condición de esposa es dada por la apertura del vientre, que él considera producida en el momento mismo del parto. Por este motivo, semel nuptura post partum debe entenderse como «casada por única vez inmediatamente después del parto». Este sentido de consumación del matrimonio se encuentra bastante lejos de la idea de tener relaciones sexuales para procrear y no puede ser utilizado en apoyo de la idea de que los hermanos de Jesús eran hijos de José y María.

La doctrina de Tertuliano con respecto a la virginidad de María nunca tuvo en cuenta a los hermanos de Jesús. Toda su argumentación, expuesta ampliamente en el capítulo XXIII de su obra De Carne Christi, se basa en la idea de la primogenitura. Interpreta que, al ser el primogénito, en la cultura judía, aquel que rompe el vientre materno al nacer, Lucas se refiere a María como «mujer». El centro de su argumentación es que el parto fue la línea divisoria entre la virginidad y la no virginidad de María.

En resumen, no hay motivos suficientes para afirmar que Tertuliano sostuvo que los hermanos de Jesús eran hijos de José y María.

Los hermanos de Jesús en la obra de Epifanio de Chipre

Epifanio de Chipre, también conocido como Epifanio de Salamina por ser obispo de esa ciudad a partir a partir del año 367, fue un enérgico defensor de la virginidad de María, aún antes de que fuera proclamado oficialmente como unos de los dogmas marianos. En su tratado Panarion, llamado también Adversus Haereses, plantea la cuestión de los hermanos de Jesús con fines apologéticos.

…puesto que [Jesús] no habría velado por la santa virgen al confiársela a Juan después de la crucifixión – como dice: ‘He ahí tu madre’, y a ella ‘He ahí tu hijo’. Le habría pedido que la entregara a sus familiares, o a los hijos de José – me refiero a Jacobo, José, Judas y Simón, que eran hijos de otra esposa de José – si es verdad que eran hijos de ella.

Epifanio, Haer. XXVIII, 7

Epifanio se hace eco de una creencia posiblemente muy difundida en el siglo IV, tal vez originada en el Protevangelio de Santiago y continuada en otros evangelios apócrifos, aunque mantiene cierta distancia con respecto a ella («si es que de verdad eran hijos de ella»).

La idea de que José tuvo un matrimonio anterior del que nacieron los hermanos de Jesús nombrados en los evangelios gozó de mucha popularidad y sería retomada varias veces en la historia de la Iglesia. En la actualidad, es la postura más aceptada dentro de la Iglesia ortodoxa.

Llama la atención en el Tratado de Epifanio, un pasaje citado, según él, de la Escritura. Este pasaje contiene la misma lista de Marcos y Mateo, aunque incluye los nombres de las hermanas de Jesús: Salomé y María.

Porque era evidente que, en comparación con los [años de] la encarnación del Señor, Santiago era el mayor. La Escritura los llama hermanos para confundir [a nuestros adversarios], y nombra a Jacobo, José, Simón, Judas, Salomé y María, para que sepan de quién es hijo Santiago y de qué madre, y comprendan quién es el mayor.

Epifanio, Haer. LXXVIII, 9

En su obra catequética Ancoratus, Epifanio también escribió que los nombres de las hermanas de Jesús eran Salomé y Ana (Ancoratus 60.1). A lo largo del tiempo, estos nombres fueron presentando variaciones en autores posteriores a Epifanio.

  • Sofronio de Jerusalén (siglos VI-VII): Salomé, Ana y María.
  • Hipólito de Tebas (siglos VII-VIII): Ester, Marta y Salomé.
  • Anastasio Sinaíta (siglo VIII): María y Salomé.
  • Teofilacto de Bulgaria (siglo XI): Ester, Marta y Salomé.
  • Andrónico I Comneno (siglo XII): Ester, Tamar y Salomé.
  • Epifanio de Jerusalén (siglo XI): Marta, María y Sobe.

Verosimilitud de la explicación de Epifanio

Como ya se señaló, Epifanio no se muestra muy convencido de que los hermanos de Jesús sean hijos de un matrimonio anterior de José. Adhiere a esta explicación, aunque con reservas.

La dependencia de esta explicación con respecto a los evangelios apócrifos arroja serias dudas sobre su veracidad histórica. El Protoevangelio de Santiago, del siglo II, es el primer escrito que sugiere abiertamente que José tuvo otros hijos. El Evangelio del pseudo-Mateo, de redacción posterior, expone la idea con más detalle.

Cuando José iba a un convite con sus hijos Santiago, José, Judas y Simeón, y con sus dos hijas, acudía también Jesús con su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás, la que el Señor Dios había dado a su padre Cleofás y a Ana, su madre, por haber hecho ofrenda de María, la madre de Jesús, al Señor. Esta había recibido también el nombre de María para consuelo de sus padres.

Evangelio del pseudo-Mateo 42:1

El autor acepta la interpretación de Juan 19:25 de María de Clopás como hermana de la madre de Jesús. Pero esto lo lleva a una contradicción, ¿por qué los padres de la Virgen le habían dado el mismo nombre a su hermana? Una familia judía nunca daría el mismo nombre a sus hijos, para evitar generar confusiones.

Por un lado, el autor afirma que ambas Marías son hermanas. Por otro lado, sabe que una famlia judía no daría el mismo nombre a sus hijas. La solución «para consuelo de sus padres» intenta armonizar dos ideas contradictorias derivadas de la forma en que el autor interpreta los evangelios. Es una característica de los evangelios apócrifos intentar ampliar los relatos de los evangelios canónicos. En este caso, el autor recurre al dolor que habría causado a Cleofás y Ana entregar su hija María al servicio del Templo de Jerusalén.

El autor no aclara si identifica a María de Clopás con María, la de Santiago y Joset, pero prefiere intepretar a los hermanos de Jesús como hijos de José y no como sobrinos de María. En todo caso, si el autor está intentando conciliar las ideas derivadas de su propia interpretación del evangelio, es probable que la referencia a los hermanos de Jesús como hijos de José no se derive de un conocimiento real sobre su familia.

En cuanto a los nombres de las hermanas, Epifanio afirma tomarlos de la Escritura. Es posible que tuviera frente a sí algún evangelio que no conocemos o alguna copia de los canónicos que incluía los nombres de las mujeres.

Que José haya tenido hijos de un matrimonio anterior es una historia verosímil, aunque implica que Santiago y Joset, los hijos de María nombrados en el evangelio, son personas diferentes a los Santiago y Joset nombrados como hermanos de Jesús. Esta posibilidad no es sugerida por los textos de Marcos y Mateo, lo que presenta una seria objeción a esta explicación.

Los hermanos de Jesús según Hipólito de Tebas

En la Historia Eclesiástica de Nicéforo Calixto, encontramos una cita de la Crónica de Hipólito de Tebas, atribuida erróneamente a Hipólito de Roma, con una explicación detallada del parentesco entre Jesús y sus hermanos. Resulta imposible conocer de dónde provienen los datos, pero estos apoyan la idea de que los hermanos de Jesús eran hijos de un matrimonio anterior de José.

José, carpintero, estaba casado con una mujer llamada Salomé, hija de Ageo, el hermano del profeta Zacarías que era padre de San Juan el Bautista. Aquel Zacarías y su hermano Ageo eran hijos de Baraquías, el sacerdote.

De esta Salomé, José engendró cuatro hijos varones, que se llamaron Santiago, Simeón, Judas y José, y también dos hijas, Ester y Thamar. Esta Salomé, por tanto, y Juan el Bautista eran hijos de dos hermanos. Porque Ageo, el padre de ella, era hijo de Baraquías y tío de Juan, y también Zacarías, el hermano de Ageo, era tío de Salomé, la mujer de José.

No digo que esta Salomé fuera la comadrona que atendía los partos en la ciudad de Belén, pues la de Belén era prima hermana de Isabel y también de la Santa Virgen María, como muestra el verdadero Evangelio de San Lucas.

Hipólito de Tebas. Citado en Nicéforo II, 3.
Los hermanos de Jesús según Hipólito de Roma
Los hermanos de Jesús según Hipólito de Tebas

Es difícil evaluar el texto de Hipólito, ya que se desconoce si las relaciones de parentesco mencionadas son presentadas como una conclusión del autor o si corresponden a datos fehacientes sobre la familia de Jesús.

¿Hubo otros hermanos de Jesús?

Según hemos expuesto, el término «hermanos» era aplicable a aquellos que compartían la misma casa paterna, con presumible excepción de las relaciones madre-hijo y padre-hijo. Nuestro sistema de parentesco, así como el de los griegos del siglo I, utiliza una versión más restringida del término.

Jesús tuvo también parientes, es decir, personas asociadas a su casa paterna mediante una relación de clan. Estos parientes podrían haber incluido a tíos y primos según nuestra propia terminología, aunque hubieran entrado únicamente en la cateogría de parientes para un israelita del siglo I. Examinaremos los dos casos posibles de primos de Jesús que no fueron llamados hermanos.

Juan el Bautista

La tradición ha identificado a Isabel como prima de María, aunque la palabra utilizada en el manuscrito griego del Evangelio de Lucas es συγγενίς (syngenis), que significa pariente. Según el evangelista, Isabel es una pariente de María.

Al ser una pariente, Isabel está relacionada con María a nivel del clan. Esto impide conocer su parentesco real. Distintas tradiciones de la Iglesia la nombran como hija de la hermana de la Madre de María o como hermana de la madre de María. Es difícil saberlo, debido a la escasez de información.

El hecho de que Juan el Bautista haya manifestado no conocer a Jesús al momento de su bautismo, si bien puede interpretarse como la afirmación de que no sabía que se trataba del Mesías, también puede significar que su parentesco era tan lejano que no habían llegado a conocerse. Lucas afirma, además, que Juan se crió en el desierto. No sabemos exactamente qué significa esa afirmación, pero parece sugerir que la crianza de Juan en su hogar fue interrumpida por algún acontecimiento.

Santiago y Juan, los hijos del Zebedeo

Si la información de Hegesipo sobre Clopás es correcta, entonces Juan 19:25 podría interpretarse como que la hermana de María, la madre de Jesús, estaba junto a María de Clopás.

Suponiendo que la lista de las mujeres que observaban la crucifixión es exhaustiva, entonces la hermana de la madre de Jesús debería ser Salomé. Esto convertiría a los hijos del Zebedeo en primos hermanos de Jesús. Sin embargo, en ningún momento se alude a su parentesco en los evangelios.

Si tenemos en cuenta que el término «hermanos» era reservado a quienes compartían la casa paterna, entonces los hijos de Zebedeo habrían sido únicamente «parientes» de Jesús. Sabemos que la familia del Zebedeo tenía su cooperativa de pesca en Cafarnaún, por lo que es probable que viviera allí.

No hay que descartar la posiblidad de que la lista de los evangelistas no sea exhaustiva y que la aludida hermana de María sea una persona diferente a Salomé. En ese caso, los hijos del Zebedeo no habrían tenido ninguna relación de parentesco con Jesús.

Conclusiones

Hemos examinado los textos del Nuevo Testamento y llegamos a la conclusión de que Santiago, Joset, Judas y Simón no fueron hijos de María, la madre de Jesús, sino de otra María. Los textos no permiten identificar adecuadamente si esta otra María, posiblemente María de Clopás, era o no su hermana.

Luego, examinamos el sistema de parentesco hebreo y delimitamos tres niveles: la casa paterna como unidad fundamental, el clan como unión de casas paternas y la tribu como referencia de origen. Pusimos de relieve el uso de los términos «hermano» para significar la relación de parentesco a nivel de la casa parterna y «pariente» para el nivel de la relación entre clanes. Destacamos el uso especial de la expresión «según la carne» para significar un ancestro común.

A partir del análisis realizado, nos dirigimos hacia los escritos de los primeros historiadores de la Iglesia para evaluar las explicaciones dadas a la cuestión de los hermanos de Jesús. Del examen de las obras antiguas, llegamos a las siguientes conclusiones.

  • La postura de que María y José son los padres de los hermanos de Jesús no fue sostenida por los antiguos historiadores. Se le atribuye a Tertuliano, pero hemos mostrado que se trata de una falsa atribución construida sobre la distorsión interpretativa de los textos del autor.
  • La postura de que los hermanos de Jesús son hijos de un matrimonio anterior de José goza de mayor verosimiltud. Sin embago, su origen puede remontarse a la tradición de los evangelios apócrifos. La idea parece haber tomado forma en algún momento cercano al siglo III.
  • La postura de que Santiago, José, Simón y Judas son hijos de Clopás, el hermano de José, coincide con lo que sabemos del sistema de parentesco hebreo y brinda un marco interpretativo sin contradicciones para todas las referencias examinadas sobre los hermanos de Jesús. La consideramos como la descripción más probable sobre el modo en que estuvo conformada la casa paterna de Jesús.
Árbol de la casa paterna de José, incluyendo a los hermanos de Jesús.
Árbol de la casa paterna de José, incluyendo a los hermanos de Jesús. Incluimos a Salomé y María, presentes en la copia de las Escrituras que leyó Epifanio.

Una vez determinadas las relaciones de parentesco de los hermanos de Jesús, abordamos la cuestión relacionada de otros primos de Jesús, señalados por la tradición, que no fueron llamados hermanos. Mostramos que tanto Juan el Bautista como los hijos de Zebedeo no reúnen los requisitos que los habilitarían a ser designados bajo ese término.

De todo nuestro desarrollo, queda una pregunta abierta: ¿por qué los hijos de Clopás se criaron junto a Jesús? Lamentablemente, la respuesta sólo puede ser especulativa. Si tenemos en cuenta que José era de Belén, no tiene sentido plantear que Clopás y él compartían una misma casa junto a su padre en Nazaret. Una situación verosímil sería que María de Clopás era viuda y se integró a la casa del hermano de su marido para obtener su protección.

4 comentarios en “Los hermanos de Jesús”

  1. Alberto Radzichewski

    Estupendo trabajo de investigación. Es mi primera vez en Catolicismo Digital… y estoy favorablemente asombrado por lo detallado de cada explicación. Aplauso de pie!! Alberto Radzichewski (Buenos Aires, Argentina). Suscripto.

    1. ¡Muchas gracias! Nos alegra que te haya gustado el contenido. Intentamos poner a disposición de nuestros lectores material que no es fácilmente accesible para que puedan ampliar sus conocimientos sobre la historia de nuestra religión. ¡Saludos!

  2. Mauricio

    Estimados hermanos, muchas gracias por este trabajo. Hay una duda que ronda mi cabeza.
    Se ha objetado, por ciertos académicos, que la traducción del griego del texto de Hegesipo, cuando dice ¨por ser el otro primo del Señor¨, no sería correcta, sino mas bien ¨por ser el primo del Señor, fue designado como segundo obispo¨. ¿Cómo podemos responder a esto?
    Gracias.

    1. Hola Mauricio! Gracias por tu pregunta. La edición de la Historia Eclesiástica que tomamos es la bilingüe anotada de Argimiro Velasco-Delgado. En esta edición, así como en otras ediciones académicas (como la de Lake, K. (1926). Eusebius: the ecclesiastical history), el texto griego transcrito es el siguiente:

      Καὶ μετὰ τὸ μαρτυρῆσαι Ἰάκωβον τὸν δίκαιον, ὡς καὶ ὁ κύριος, ἐπὶ τῷ αὐτῷ λόγῳ πάλιν ὁ ἐκ θείου αὐτοῦ Συμεὼν ὁ τοῦ Κλωπᾶ καθίσταται ἐπίσκοπος ὅν προέθεντο πάντες, ὄντα ἀνεψιὸν τοῦ Κυρίου δεύτερον.

      Argimiro Velasco-Delgado traduce: «Y después que Santiago el Justo hubo sufrido el martirio, lo mismo que el Señor y por la misma razón, su primo Simeón, el hijo de Clopás, fue constituido obispo. Todos le habían propuesto, por ser el otro primo del Señor».

      En la edición que nombramos de Kirsopp Lake, la traducción es la siguiente (en p. 375): «After James the Just had suffered martyrdom for the same reason as the Lord, Symeon, his cousin, the son of Clopas was appointed bishop, whom they all proposed because he was another cousin of the Lord» [Después de que Santiago el Justo sufriera el martirio por la misma causa que el Señor, fue nombrado obispo Simeón, su primo, hijo de Cleofás, a quien todos proponían por ser otro primo del Señor].

      Ambas traducciones pertenecen a personas muy versadas en griego y son confiables. Sin embargo, algunos académicos no están conformes con estas traducciones (como Richard Bauckman, por ejemplo) y proponen que el sentido de las palabras de Hegesipo se debe entender según HE 3:22, que dice:

      «Pero de los antioquenos, después de Evodio, primero que fue instituido, en el tiempo de que hablamos era muy conocido el segundo: Ignacio. Igualmente en esos mismos años, el ministerio de la iglesia de Jerusalén lo tenía Simeón, segundo después del hermano de nuestro Salvador». Este pasaje indicaría que el δεύτερον final de Hegesipo debe ser entendido como significando el segundo en el obispado.

      El problema de la interpretación del δεύτερον no es nuevo. William Hodge Mill lo trató, en 1923, en una nota a pie de página de su obra Observations On the Attempted Application of Pantheistic Principles to the Theory and Historic Criticism of the Gospel (Chapter 2, Section III, note 45):

      «The force of the conclusion in the text depends on the reference of the words πάλιν and δεύτερον. If they refer severally to καθίσταται and ὅν προέθεντο, they denote no more than that Symeon was the second Bishop of Jerusalem …, a circumstance which it were equally needless and unnatural to indicate so markedly, if at all, when the bare narration of succession was enough. But the close juxtaposition of the particle with ὁ ἐκ θείου αὐτοῦ (Χριστοῦ) and of the adjective with ἀνεψιὸν as its proper subject, leads plainly to the inference that this was the second instance of the see being filled by such a relative as that term denotes, viz. a cousin. (The father of Symeon was the θείος or patruus of our Lord, Joseph being considered as his father: but the counsinship of James, which this historian never analyses or defines, should seem to have been closer than this). It is observable also, with reference to the Palestine tradition, that Epiphanius represents Symeon not as the brother, but as the cousin, of St James the Just; using the same word in describing Symeon’s relation to him as to our Lord…» [La fuerza de la conclusión del texto depende de la referencia de las palabras πάλιν y δεύτερον. Si se refieren separadamente a καθίσταται y ὅν προέθεντο, no denotan más que Simeón era el segundo obispo de Jerusalén …, una circunstancia que era igualmente innecesaria y antinatural indicar tan marcadamente, si acaso, cuando la simple narración de la sucesión era suficiente. Pero la estrecha yuxtaposición de la partícula con ὁ ἐκ θείου αὐτοῦ (Χριστοῦ) y del adjetivo con ἀνεψιὸν como su propio sujeto, lleva claramente a la inferencia de que ésta era la segunda ocasión en que la sede era ocupada por un pariente como el que este término denota, es decir, un primo. (El padre de Simeón era el θείος o patruus [tío paterno] de nuestro Señor, José siendo considerado como su padre: pero el parentesco de Santiago, que este historiador nunca analiza o define, parece haber sido más cercano que esto). Es observable también, con referencia a la tradición de Palestina, que Epifanio representa a Simeón no como el hermano, sino como el primo, de Santiago el Justo; usando la misma palabra al describir la relación de Simeón con él que con nuestro Señor…].

      Existen otras cuestiones a considerar que no incluimos en la publicación. Los datos que pueden extraerse de los evangelios y otros escritos antiguos no son concluyentes y su interpretación es difícil. Es posible que la verdad se encuentre a medio camino entre las tradiciones romana y ortodoxa.

      Esperamos haber respondido a tu pregunta, ¡que el Señor te bendiga!

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