Cuáles son las partes de la Biblia Católica

La Biblia es el conjunto de textos sagrados que comprenden la Revelación de Dios. Estos textos dan cuenta de la manifestación de Dios a los hombres y de su intervención a lo largo de la historia. Escrita por hombres divinamente inspirados, la Biblia es la Palabra de Dios.

Los libros que hoy forman parte de la Biblia no estuvieron siempre agrupados como los conocemos hoy. La estructura de la Biblia católica fue elaborada por la Iglesia y se diferencia tanto de los textos sagrados judíos como de otras biblias cristianas. Por esto, puede que su composición se preste a confusión.

En este artículo, explicaremos cuáles son las partes de la Biblia católica, de dónde toma su estructura y qué libros la componen.

Partes de la Biblia Católica

La Biblia se divide en dos grandes secciones: el Antiguo y el Nuevo Testamento. El primero corresponde a los textos de la tradición judía, mientras que el segundo narra la historia de Jesús y de los primeros cristianos. Veamos estas dos grandes partes de la Biblia en detalle.

Antiguo Testamento

El Antiguo Testamento de la Biblia católica tiene 46 libros. Aquí se incluyen todos los libros de la Biblia hebrea, o Tanaj, y se agregan algunos de la Biblia griega, denominada Septuaginta. 

Biblia hebrea

El Tanaj es el canon de los textos sagrados del judaísmo. Contiene 24 libros y se divide en tres secciones: la Ley, los Profetas y los Escritos.

La Ley (Torá) se compone de los cinco libros atribuidos a Moisés y constituyen la base de la religión judía. Sus pasajes tratan las preguntas fundamentales del ser humano y del mundo, como la naturaleza de Dios y su vínculo con los hombres. A lo largo de estos libros, Dios realiza diferentes promesas y establece alianzas con la humanidad. El relato comienza con la creación y termina con la llegada a la frontera de la Tierra Prometida.

Los libros de los Profetas anteriores tienen continuidad narrativa con los de la Ley en cuanto a la historia del Pueblo de Israel. Empiezan con la invitación a Josué a entrar en la Tierra Prometida y terminan con el perdón del rey Jeconías.

Los libros de los Profetas posteriores incluyen Isaías, Jeremías, Ezequiel y los Doce Profetas Menores, que comprenden: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm , Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías, Malaquías. Estos profetas fueron figuras muy importantes para la historia de Israel, que guiaban al pueblo a través de mensajes proféticos revelados por Dios.

Los Escritos o Hagiógrafos son una serie de textos de gran variedad literaria, que incluyen poesía, textos de sabiduría e historia, como los Salmos y el Cantar de los Cantares. Aunque no están ligados como una unidad, se cree que se escribieron en el período del Segundo Templo.

Los textos de la biblia hebrea forman el primer canon bíblico y se denominan por ello protocanónicos.

Biblia griega

Además del canon hebreo, en la época de Jesús circulaba una traducción al griego del Tanaj y otros libros. Esta versión se denomina Septuaginta o Biblia de los Setenta por la cantidad de traductores que habrían trabajado en ella. 

La Septuaginta agrega siete libros no incluidos en el canon hebreo: Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc (con la Carta de Jeremías), Macabeos I y Macabeos II. Debido a que conforman un segundo canon, se denominan deuterocanónicos. Las iglesias protestantes no incluyen estos textos en sus biblias y los consideran apócrifos.

Además de los siete libros mencionados, la Biblia de los Setenta incluye fragmentos en griego de los libros de Ester y Daniel que no están en la biblia hebrea. También el orden de los libros es diferente al del canon hebreo. Por ejemplo, los denominados “Profetas posteriores” se ubican después de los Escritos.

Esta versión fue muy divulgada en el siglo I y se entiende que fue la que utilizaron los primeros cristianos. Es por esto que la Biblia católica toma esta selección de textos para formar su canon. Sin embargo, algunos libros de la biblia griega fueron excluidos y las iglesias cristianas los consideran apócrifos. Estos son los libros de Esdras I, Macabeos III y IV, Odas y Salmos de Salomón.

Hay que notar que el Antiguo Testamento de la Biblia Católica cuenta con 46 libros ya que, además de los libros agregados, los libros de Samuel, Reyes y Crónicas se dividen en dos partes (Samuel I y II, Reyes I y II, Crónicas I y II). También se cuentan por separado los libros de los Doce Profetas Menores y se toma Esdras y Nehemías como dos libros distintos.

Nuevo Testamento

El Nuevo Testamento es un conjunto de libros que relatan la vida y enseñanzas de Jesús, así como la vida de los primeros cristianos. Contiene la Revelación y el Misterio Pascual de Cristo y constituye el punto de inflexión para el surgimiento de las iglesias cristianas.

Comprende los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, los Hechos de los Apóstoles, las epístolas de San Pablo, las epístolas católicas y el Apocalipsis. Estos forman un total de 27 libros en el canon católico y son atribuidos a los apóstoles de Jesús y a sus discípulos.

Evangelios y Hechos de los Apóstoles

Los cuatro Evangelios narran el ministerio, las palabras y los milagros de Jesús, así como su Muerte, Resurrección y Ascensión. Desde la visión cristiana, los hechos relatados en los cuatro evangelios resignifican las Escrituras, es decir, el Antiguo Testamento. La interpretación de este último se realiza a la luz de Cristo y muchos de sus pasajes son vistos como profecías en torno a Jesús. A la vez, el Nuevo Testamento se relaciona con el Antiguo, en tanto incluye citas y referencias, tanto en las enseñanzas de Jesús como en las palabras de sus discípulos en las cartas.

El libro de los Hechos de los Apóstoles relata el surgimiento de las primeras comunidades de cristianos y la expansión del cristianismo por el territorio romano. Este libro y el Evangelio de Lucas eran, al principio, un solo libro. Por su continuidad narrativa y similitudes, se considera que ambos son obra de un mismo autor. 

Epístolas y Apocalipsis

Las epístolas de San Pablo son un conjunto de trece cartas escritas por Pablo de Tarso, una de las figuras más importantes en la historia del cristianismo. De origen judío, fue un ciudadano romano perseguidor de cristianos hasta que Jesús resucitado se le apareció en el camino de Damasco. Desde allí, se dedicó a anunciar el Evangelio a los gentiles. Las cartas estaban dirigidas a ellos y tenían el objetivo de instruirlos en la nueva fe. Sus textos han sido una de las mayores influencias en la conformación del pensamiento cristiano.

Sobre la Epístola a los Hebreos, que suele incluirse dentro de las epístolas paulinas, el consenso académico indica que no fue escrita por Pablo, aunque su contenido es de inspiración paulina.

Las Epístolas católicas o generales son una serie de cartas que, a diferencia de las cartas de Pablo, no se dirigen a un grupo en particular, sino a los cristianos en general. Estas incluyen dos de San Pedro, tres de San Juan, una de Santiago y una de San Judas.

Finalmente, el último libro del Nuevo Testamento es el Apocalipsis. Se trata de un libro de escrito en clave simbólica que expresa los sufrimientos de los primeros cristianos y su esperanza en la segunda venida de Cristo. El autor de este libro se identifica como Juan dentro del libro y ha sido asociado con el apóstol Juan desde los comienzos de la Iglesia.

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